“Moscú, indudablemente, hará uso de su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para oponerse a la candidata Figueres, postulada por una nación que confronta a Rusia (y no con reiterada constancia, a veces esporádico) por el rearme de Nicaragua”, advierte el veterano corresponsal internacional costarricense José Meléndez sobre el adverso entorno de la candidatura de Christiana Figueres Olsen a la Secretaría General de Naciones Unidas.

“Hechos reales: El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, anunció que viajará a la Asamblea General de la ONU en septiembre a promocionar la candidatura de Christiana Figueres a la secretaría general de ese organismo, pero advirtió (quizás en broma o como para aclarar que tampoco gastará recursos públicos en esa gestión), que ni invitará a almorzar al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y ni se tomará un trago con el presidente de Francia, Francois Hollande”, dice Meléndez, corresponsal entre otros medios de El Universal de México, en un post en su cuenta Facebook.
“Rusia y Francia –añade– equivalen al 40% de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que es el que recomienda a la Asamblea General del organismo el nombre del secretario general. La batuta de esa recomendación la llevan Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Reino Unido. Rusia está entregando tanques, helicópteros, vehículos blindados y demás armamento ofensivo a Nicaragua”.

Agrega: “El ex embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Robert Callahan, alertó en un artículo en The Miami Herald que el acelerado rearme nicaragüense de la mano de Rusia—o sea, de Putin—es para intimidar a Costa Rica. De manera reiterada, Costa Rica ha reclamado a Rusia por entregarle armas a Nicaragua”.

Y advierte: “La posibilidad de que la candidata costarricense gane la secretaría general de la ONU es cada vez más lejana y pasa, entre otros peajes, por Rusia, un gobierno que tampoco se muestra así como que muy amigo de Costa Rica por estar involucrado directamente en el intenso rearme nicaragüense (o sea, de Daniel Ortega). Moscú, indudablemente, hará uso de su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para oponerse a la candidata Figueres, postulada por una nación que confronta a Rusia (y no con reiterada constancia, a veces esporádico) por el rearme de Nicaragua.
O sea, hechos reales.  Un paso–¿otro?—en falso de la diplomacia costarricense”, concluye Meléndez.