• Anuncio de gobierno desató pánico entre clientes que llenaron sus oficinas este sábado
  • Utilidad neta del banco cayó 99% de un año a otro, destaca La Nación

Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com

El anuncio del gobierno de sacar de la intermediación financiera al Bancrédito de Cartago, al borde del colapso en sus operaciones,  desató este sábado largas filas de clientes en busca de sus dineros en las oficinas en la Vieja Metrópoli.

El diputado Ottón Solís, quien propone cerrar el banco, calificó como un “absurdo” del gobierno mantener vivo “algo” que se llame Bancrédito. “Tanto los neoliberales como los estatistas deberíamos estar de acuerdo con el cierre ordenado y definitivo del Bancrédito”, puntualizó en Facebook.

La Nación destacó este domingo que “entre enero y agosto del 2016, la institución estatal tuvo una utilidad neta de ¢14,5 millones. Mientras, en el mismo periodo del 2015, el resultado fue de ¢1.126 millones, es decir una baja del 99%”. El banco tiene 60 mil clientes en crédito y ahorro y opera 1200 cajeros automáticos donde los clientes pueden hacer efectivo sus recursos.

Un absurdo

“Con el financieramente absurdo objetivo de mantener vivo “algo” que se llame Bancrédito, el Gobierno le inventará funciones, le quitará funciones a otros bancos y a otras instituciones y profundizará las duplicidades, redundancias e ineficiencias que caracterizan nuestro sector público”, dijo Solís.
“Se mantendrá una parte de los empleados haciendo nada o muy poco o lo que ya se hace en otras instituciones. Lo correcto es ofrecer a todos los empleados los beneficios de la movilidad laboral (prestaciones de ley más un generoso bono extra)”, cuestionó Solís, crítico frecuente de decisiones ejecutivas durante el presente cuatrienio.
“El gobierno anterior cerró la refinería (agosto del 2010) pero mantuvo en planilla buena parte de los empleados. Este Gobierno parece que quiere imitar esa práctica manteniendo empleados haciendo nada o duplicando funciones”, agregó.”Hace varias semanas presenté un proyecto de ley para cerrar el Bancrédito (Expediente 20.366). Ojalá el gobierno recapacite y adopte ese proyecto o algo parecido en lugar de la onerosa ruta que ha escogido. La decisión del gobierno va en la dirección correcta pero se queda muy corta”, afirmó.
“Una vez más se comprueba que buena parte de la clase política está enamorada de la palabra ABRIR (instituciones, programas, plazas, presupuestos), y le tiene pavor a la palabra CERRAR. Solo sería razonable nunca cerrar una institución si el sector público creado en el pasado fue tan perfecto que no se puede tocar hasta la eternidad”, expresó.
“En el caso de la Platina –destacó Solís– el Gobierno hizo lo correcto: cerrar la vía parcialmente y en ocasiones totalmente, aunque ello no fuese popular con los conductores. De esa probable impopularidad surgió lo correcto para Costa Rica, el puente Alfredo González Flores”.
“Espero, que el Gobierno recapacite y, como en el caso de la Platina, en el de Bancrédito tome la decisión correcta, sea esta popular o impopular”, dijo.
“Es bueno que los depositantes del Bancrédito no teman por sus recursos. El Banccrédito tiene garantía del Estado y nadie perderá un cinco. Asi que no hay necesidad de correr a retirar fondos. Tanto los depositantes como los deudores del Bancrédito simplemente pasarán a ser depositantes y deudores de otros bancos del Estado”, amplió el fundador del PAC.

Filas este sábado

La periodista Djenane Villanueva destacó en Facebook: “Me dice Doña Hilda, cliente de años del Banco Crédito Agrícola de Cartago, #Bancrédito (de los qué hay muchos), me preocupan mis ahorros, mi pensión, no quiero perderlos. Eso fue lo que entendió del anuncio del gobierno! Con las filas que vemos y el nicho, una cartera fiel y atractiva de clientes”.

“El Gobierno ha actuado de forma responsable, aunque muy tardía, al decidir cerrar Bancrédito. Debieron venderlo a tiempo”, dijo en dicha red el periodista y exdiplomático Eduardo Ulibarri. “Es decir, Bancrédito ha dejado de existir. ¿Por qué no decirlo abiertamente, si era inevitable?”, añadió tras el anuncio.

El gobierno hizo el anuncio por medio de una imprevista transmisión del Ministro de la Presidencia, Sergio Alfaro, a las 4 p.m. del viernes a través de la cuenta Facebook del Presidente Luis Guillermo Solís.

“El banco no cierra, continúa operando, sigue cobrando los créditos pendientes y sigue pagando a sus acreedores. La gente que debe dinero tiene que seguir pagando sus cuotas y las personas que han depositado su dinero en el Banco puede tener total tranquilidad de que Bancrédito le pagará lo adeudado en tiempo”, dijo el Ministro Alfaro.

Largas filas a lo largo de la mañana de ayer en las oficinas del banco en Cartago evidenciaron el temor y la ansiedad de los clientes por el futuro de la entidad a punto de alcanzar 100 años e inmersa en una prolongada crisis de manejo y de finanzas.

“Las decisiones tomadas se justifican en el hecho de que mantener el área comercial del banco requeriría un enorme esfuerzo por parte del Gobierno en materia presupuestaria, a la vez que se reconoce el potencial y capacidad del banco para seguir funcionando como una institución de fomento y desarrollo. El Consejo de Gobierno ratificó su respaldo a la Junta Directiva del Bancrédito y solicitó a las instituciones del sector público seguir colaborando con esa institución bancaria”, añadió el gobierno.

“Es importante dejar claro que no habrá un cese repentino de la planilla de Bancrédito, sino que se hará una movilidad paulatina y en la medida de lo necesario, con el acompañamiento y la colaboración en la posible recolocación de las personas” sostuvo el ministro Alfaro.

El gobierno informó que el banco abriría durante el fin de semana en horario regular en caso de que los clientes quieran acercarse a aclarar dudas sobre el proceso o a realizar operaciones ordinarias, lo cual generó largas filas de gente en busca de sus recursos.

El gobierno también pretende que a la Junta Directiva de la institución, ordene  “una investigación exhaustiva e independiente que determine las causas que llevaron a la entidad a la actual situación de fragilidad financiera”.