Edgar Fonseca, editor PuroPeriodismo.com

No cree que el voto joven esté “casado” con el candidato gobiernista, Carlos Alvarado; ni cree que el bipartidismo tradicional resucite. Celebra una posible baja en el abstencionismo y ve en el baúl de los recuerdos la influencia del calderonismo y del figuerismo.

Así escruta el analista e ideólogo dee izquierda, Vladimir de la Cruz, algunas de las percepciones más llamativas de la reciente encuesta electoral CIEP-UCR. que ubica al aspirante liberacionista, Antonio Álvarez Desanti a la cabeza de las intenciones de voto con miras a los comicios del 4 del próximo  febrero. Segunda parte de su análisis sobre el más reciente estudio de opinión sobre las perspectivas electorales.

El esquivo voto joven

Carlos Alvarado del PAC la tiene segura con los votantes más jóvenes

No estoy seguro de esta afirmación tan categórica. Los votantes menores de 40 años se los disputan desde esa perspectiva Carlos Alvarado que tiene 37 años y Sergio Mena que tiene 40. Los votantes menores de 40 años, en términos generales, significan apenas 1.300.000 votantes de la totalidad de 3.200.000. De manera que 1.900.000 votantes son mayores de 40 años y el grueso de los candidatos es mayor de 40 años.

Si tenemos en cuenta que los abstencionistas, en los procesos electorales, son en mayor cantidad en los sectores más jóvenes de votantes y en los de mayor edad, de manera que este sentido se afecta  más ese impacto sobre la imagen de que el o los candidatos más jóvenes  atraerán más a este sector. Aquí no operan las segregaciones poblaciones que se hacen a los efectos mercantiles, y de mercado, de dividir a la población, en este caso electoral, en generaciones X, Y u otras, de carácter electoral. Ni si siquiera se puede dividir la población por lo que le es más natural, por género, para determinar su intención de voto por cuanto tampoco hay urnas electorales que recojan los votos por mujeres o por hombres. La información de la encuesta apunta a que en el caso de Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana los simpatizantes que tienen están entre los adultos, los adultos mayores, lo de mayor edad, las mujeres, los de baja educación y poca riqueza, que pareciera no ser esa población “joven” que gravita como un fantasma para las interpretaciones y análisis de encuestas.

Cae respaldo a Acción Ciudadana 

Es natural que así sea. No es correcto comparar para Acción Ciudadana los votos obtenidos en abril del 2014. Los votos con los que hay que compararlo es con los de febrero del 2014. Esos son sus votos reales. Lo de abril fue la suma de todo el anti liberacionismo. Si fuera la comparación con los de febrero su porcentual giraría alrededor del 20%, lo que es más respetable, y por eso es que realmente puntea en esta ocasión de tercero en la intención de voto, además de ser Gobierno, lo que le da cierta fuerza y hasta ventaja para muchos efectos.

Calderonismo y  figuerismo, en el baúl de los recuerdos

La encuesta señala que el peso de esas corrientes en el electorado, en las familias y al interior de las mismas, se ha debilitado. Ya no se definen las intenciones electorales por lo que decida el abuelo, el padre o la madre. Hoy los hijos tienen su propia percepción de los partidos, los candidatos y la política y toman sus propias decisiones, aún cuando puedan ser contrarias a las de sus padres o abuelos. Esto se vio con bastante fuerza en la elección del 2014, de manera que para estas elecciones del 2018 se va a continuar con esa tendencia democrática, porque es en este sentido que la sociedad y las familias costarricenses han avanzado, haciéndose más tolerantes y abiertas, fomentando y fortaleciendo la libertad individual y respetando las decisiones personales de los votantes. Recuerdo que en las elecciones de 1998, cuando yo era candidato presidencial de Fuerza Democrática, en varias ocasiones, en restaurantes, se me acercaban padres o madres con sus hijos, ellos identificados con signos políticos diferentes al de Fuerza Democrática, a solicitarme una firma para su niño, y en alguna ocasión hasta una foto con él, porque el niño que me llevaban era simpatizante de mi candidatura, o del partido, porque les había gustado la propaganda que realizábamos. Desde esa época había ya padres tolerantes y respetuosos de las decisiones de su niños, y esos niños del 98 son lo que hoy ya son nuevos votantes. Ni siquiera pesaron esas corrientes, figuerismo y calderonismo para las luchas internas, y en las convenciones, en Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana. En esos partidos pegaron más fuerte otras corrientes, el arismo y el pizismo, sin lugar a dudas, que no son esas corrientes históricas.

¿Resucitará el bipartidismo clásico?

Ambos partidos siguen existiendo, ambos partidos puntean como primeros en las preferencias de los votantes, según la encuesta del CIEP, ambos partidos siguen existiendo con ánimo de volver a gobernar el Poder Ejecutivo, de dirigir los destinos nacionales de la Administración Pública. No veo que hayan perdido fuerza. La historia electoral del país desde 1953 nos ha mostrado que de los 16 gobiernos que ha habido, 9 los ha ejercido Liberación Nacional, 6 los grupos anti Liberación Nacional, de ellos 3 gobiernos por la Unidad Social Cristiana, y un gobierno por Acción Ciudadana. La historia electoral también nos enseña que Liberación y la Unidad han gobernado dos veces continuas, 1974 y 1978, 1982 y 1986  y 2006 y 2010, y 1998 y 2002, respectivamente, lo que significa que han perdido dos veces el ejercicio de gobierno, y que en el caso de Liberación Nacional, que es el que puntea en esta encuesta, lo ha recuperado. Y cuando no lo perdían dos veces, lo perdían una vez alternando. Esto es lo que llamamos el bipartidismo en el ejercicio de Gobierno. Desde el 2014 entramos a una nueva fase, el tripartidismo en el Poder Ejecutivo, cuando el Partido Acción Ciudadana desplaza a esos otros partidos y hoy disputa continuar en el gobierno. En la Asamblea Legislativa hemos tenido bipartidismo legislativo cuando dos partidos, Liberación Nacional y la Unidad Social Cristiana dominaban aplastantemente a los otros y ellos por sí podían tomar acuerdos. Desde 1998 esto ya no sucede así. Pero, desde el punto de vista de representación parlamentaria la Asamblea casi siempre ha sido multipartidista.

Para la elección del 2018  no se puede partir de que hay dos partidos, aunque dos de ellos lleven la ventaja en opiniones de encuestas. Hay tantos partidos como queden inscritos finalmente, por ahora alrededor de 11. Todavía no hay nada escrito en piedra. La atomización de la Asamblea Legislativa es aparte. Todavía los partidos ni siquiera ha terminado de definir cuales son sus candidatos. Cuando esto se defina probablemente también ello influya en las siguientes mediciones de encuestas porque los electores apreciarán, sobre los candidatos y sus partidos, a los candidatos a diputados, para decidir de manera más firme si votan por las dos papeletas o si parten el voto.

Abstencionismo a la baja

Me parece muy bien que se reduzca el abstencionismo o la intención abstencionista. Eso dice mucho del comportamiento del electorado. Si es así, hay que entender que ha mejorado la percepción ciudadana del proceso electoral, se ha logrado mayor confianza en el proceso electoral, en el sistema democrático, en el fortalecimiento de la conciencia cívica, ciudadana. Pero sobretodo, se ha auto valorado el propio votante, porque cuando la persona, o el votante, decide ir a votar, o está dispuesto a ir a votar, este votante lo va a hacer no solo por cumplir un objetivo electoral, por simpatizar por tal o cual partido o candidato, no lo hace por motivos estratégicos o tácticos, ni lo va a hacer por ir a ganar o perder, sino porque ha llegado a la conclusión racional de que es un deber ciudadano hacerlo. Cuando el elector vota lo hace por sí mismo y para sí mismo. En cada voto de los electores cada uno de ellos gana si en conciencia cada uno al votar lo hace creyendo que ha hecho la mejor elección de la oferta que hay. En este sentido no hay votantes perdedores, solo hay votantes ganadores. El resultado de cómo se repartan estas intenciones y decisiones de voto son las que va a definir cuál obtuvo la mayor cantidad para definir un candidato ganador, sobre la suma de todos los votantes que ganaron votando cada uno por su mejor opción. El voto del ciudadano se dignifica, exalta la democracia y fortalece el sistema y el proceso electoral.

 La maltrecha imagen de los partidos

Me parece que responde a esa campaña, fina, sutil, a veces descarnada, que se ha venido haciendo por años contra la imagen de los partidos, también de los políticos y de la política, en general, presentándolos de modo negativo, nefasto y corrupto, y contra las mismas instituciones públicas y la propia imagen de los poderes de Estado. Tampoco los partidos han hecho nada por mejorar su percepción. Hace mucho tiempo los partidos políticos dejaron de opinar, de realizar foros o conferencias, como organizaciones, sobre los temas importantes del país, han dejado de actuar como organizaciones permanentes en la formación de sus propios cuadros.

Pocos partidos políticos tienen local públicamente reconocido e identificable. La mayoría alquila locales en el período electoral y dentro del plazo de la campaña, para poderlo justificar en sus gastos electorales frente al eventual derecho de deuda que puedan llegar a tener si sacan el 4% de votos o eligen un diputado. En la vida diaria la mayoría de los partidos, entre elección y elección se invisibilizan para todos los efectos ante los electores.

Tampoco el órgano electoral, el Tribunal Supremo de Elecciones ha contribuido, con su institucionalidad y su propio edificio, para mejorar esta imagen de los partidos, para fomentar debates públicos entre todos los partidos, los que tiene representación parlamentaria y no, pero que están debidamente inscritos en el Registro Electoral de partidos políticos, fuera y dentro de los procesos electorales.

Cuando algún funcionario público comete un error o una falta, calificable de corrupción, inmediatamente le caen encima a todos los funcionarios, a todos los políticos, a todos los partidos y a la política. Grave error se hace en este sentido informativo y formativo. Se le debe caer duro al funcionario específico, que es quien comete la falta. Esto ha deteriorado el respeto por la institucionalidad, la democracia como sistema y modo de vida, y ha debilitado el régimen y el sistema de partidos políticos y la Política, y ha ido creando las bases subjetivas para alentar cualquier tipo de populismos o corrientes políticas  antisistema, antidemocráticas, anti políticas y anti partidos políticos que puedan desarrollarse con algún éxito, más parlamentario que ejecutivo.

Por eso es que los partidos ceden su espacio al protagonismo de sus candidatos principalmente. Esto tiene que ver también con la cultura electoral nacional que hace gravitar los procesos electorales en las figuras presidenciales y no en la discusión de sus Programas de Gobierno o de sus ofertas electorales. En esta situación uno puede encontrar partidos muy fuertes, Liberación Nacional, con candidato de imagen débil, Antonio Alvarez; partidos muy débiles, Unidad Social Cristiana, con candidato muy fuerte, Rodolfo Piza, partido como Acción Ciudadana débil con un candidato débil, y un partido casi inexistente y desconocido, Integración Nacional, con un candidato muy fuerte, Juan Diego Castro. Esta situación se refleja en esta encuesta.

Hasta hoy, en todas las encuestas publicadas, lleva la ventaja Antonio Alvarez y Liberación Nacional. Le sigue Rodolfo Piza y la Unidad Social Cristiana. En todas las encuestas aparece Juan Diego Castro, él como candidato, punteando el tercer lugar. De mantenerse esta situación así va a llegar a febrero, como una realidad real, disputando el tercer lugar.

 

 

Ver análisis completo : Vladimir de la Cruz-análisis encuesta electoral UCR agosto 2017