Edgar Fonseca, editor

La Selección Nacional clasificó angustiosamente al Mundial Rusia 2018, algo que no debería repetirse nunca jamás.

Cinco lecciones y algo más de esta dramática clasificación:

-El combinado patrio no debe esperar, jamás, a la última fecha para amarrar el boleto. Debe consolidarlo en casa en lo que, en la infartante eliminatoria, que acaba de concluir, anduvo floja, dejó ir seis puntos ante enemigos directos.

-De haber ido a Panamá a jugarse el boleto, a “jugarse la vida”, como se la jugaron en esa fecha final, EE.UU., Honduras y Panamá,  otro sería el cantar de la muy noble afición tica.

-Los hermanos del sur estaban dispuestos hasta romper las esclusas del Gatún con tal de asistir a un mundial por primera vez en sus vidas.

-Y en ese antro de corrupción, que ha quedado al descubierto en FIFA, cualquier marrullería es posible.

-El blandengue presidente del ente planetario se congració con los federativos canaleros, por el voto que le dieron en su campaña, y por lograr el boleto pero esquivó condenar un juego viciado de toda nulidad, en una fecha crítica, por el gol ilegal concedido por uno de los árbitros más ineptos de la región.

Una clasificación indigna, viciada. Lejísimos  del cacareado  fair play de FIFA.

-Y el presidente de la federación tica prefirió guardar silencio… ¿Con quién se quiso congraciar?

El ejemplo de Brasil

-La Selección de Brasil demostró al mundo cómo deben encararse encuentros clave como el de la última fecha de las eliminatorias FIFA. Ejecutaron, sin piedad, a la flamante escuadra chilena, campeona de América. La eliminación de Chile desnudó, además, un camerino de estrellas amotinadas y enfiestadas.

“El fútbol nos pedía ser profesionales, respetuosos con los que nos da de comer, nuestro trabajo. No queríamos ser jueces de nadie. Merecidamente, hemos conseguido una gran victoria”, dijo ese gran peón carioca, Dani Alves, tras el juego.

-Tamaño ejemplo para los seleccionados ticos que viajaron a Panamá a jugar acartonados. Les bastaba un juego soporífero, como el que hicieron, para tener al borde del knock out a los panameños pero fueron superados dada su endeble resistencia.

No olviden el eco del gran Dani Alves: “el fútbol exige ser profesionales…”.

Punto final-Voces mezquinas hacen campaña contra el técnico Oscar Ramírez, sin siquiera haber terminado el país de saborear  el champagne del boletazo a un segundo mundial consecutivo.

Si se apuesta a un proceso y a cierta estabilidad, Ramírez debe continuar con la mira puesta en Qatar 2022.

Le guste o no a más  de uno de sus detractores, el flamante técnico nacional ya escribió su nombre con letras de oro en la historia del futbol tico y regional.

Pero es clave que se le dé un respiro profesional.

Fedefutbol debe  enviarlo, cuanto antes, a renovar y refrescar conocimientos en las más grandes academias mundiales futboleras lo cual le negaron los grandes clubes nacionales por los que pasó.

Un espejismo... El espejismo de Messi salvó a Argentina del ridículo en el último minuto tras una eliminatoria vergonsoza, apostándole al repechaje. Una eliminatoria en la que los gauchos cambiaron de entrenadores a borbollones, otra lección para los agoreros ticos.

La gran decepción-La poderosa escuadra de EE.UU. fracasó tras ocho mundiales consecutivos. En una de las potencias futbolera del orbe esto debe causar un terremoto. Otra lección a tomar en cuenta: pueden sobrar los recursos, como los tiene el fútbol profesional norteamericano, pero sin claridad ni convicción de nada sirve.