Un hombre con vestimenta negra tipo militar y con un fusil de asalto abrió fuego ayer dentro de una iglesia en una pequeña comunidad del sur de Texas el domingo, mató a 26 personas e hirió a por lo menos otras 20 en un incidente que el gobernador catalogó como el tiroteo masivo más mortífero en la historia del estado, informó Nuevo Herald de Miami.

Las autoridades –dice el diario– no identificaron al agresor durante su conferencia de prensa del domingo, pero otros dos funcionarios, uno federal y otro policiaco, que recibieron información sobre la pesquisa lo identificaron como Devin Kelley. Ambos hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato debido a que no tenían autorización para discutir la investigación.

El funcionario federal reveló que Kelley vivía en un suburbio de San Antonio y no parecía estar vinculado a grupos terroristas. Agregó que los investigadores revisan las publicaciones de Kelley en las redes sociales días antes del ataque, incluyendo una en que parecía mostrar un arma semiautomática AR-15, agregó Nuevo Herald.

En la conferencia de prensa, el director regional del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Freeman Martin, señaló que el agresor llegó totalmente vestido de negro, con uniforme táctico y un chaleco antibalas, a una gasolinera frente a la Primera Iglesia Bautista cerca de las 11:20 de la mañana.