Pablo Ureña, abogado *

Esta campaña aún más que las anteriores es de candidatos no de partidos; los partidos pasan a segundo plano.

En ese contexto, los candidatos presidenciales lo que buscan es ganar ellos las elecciones y después cuentan si sacaron diputados o no  y ver con quiénes pueden gobernar. Por eso no piden votos para diputados, saben que, saquen los que saquen, nunca van a sacar ni 29 ni 38 -los números legislativos mágicos- para poder tomar algunas decisiones en la Asamblea.

No creo que vaya a darse en la futura Asamblea una mayor atomización que la de ahora; probablemente lo que se de sea una reestucturación del pleno mediante la sustitución de bancadas salientes o menores por nuevas bancadas neófitas o mayores.

Creo que el PAC, el FA, RC y el ML  obtendrán menos diputados. Es probable que esos puestos los ocupen diputados de la ADC o del RC y, muy seguramente, algún candidato provincial pegará el gordo en lugar del PASE.

Creo llegado el momento de replantearse el modelo que tenemos y avanzar hacia uno parlamentario o “semi parlamentario” como el que propuso don Miguel Angel hace algunos años. Para revertir el pernicioso proceso de atomización que vivimos ya desde hace varias legislaturas, es necesario fortalecer la institucionalidad partidaria. De lo contrario, vamos a terminar por sufrir una democracia electoral de individuos y no de partidos. Eso no es bueno.