Alerta roja en volcán Poás por fuertes recientes erupciones/Otras dos ayer

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Edgar Fonseca, editor/Foto Ovsicori-UNA

La CNE elevó ayer a Alerta Roja la condición del Parque Nacional Volcán Poás dado el cliclo reciente de fuertes erupciones de cenizas y gases que alcanzaron hasta 4.000 metros de altura el lunes por la tarde.

El anuncio fue hecho en la red X a las 4:28 p.m.

Este miércoles hubo dos fuertes erupciones: una a las 7:44 a.m., cuya mayor intensidad duró cinco minutos y se prolongó hasta ls 8:13 a.m.y se elevó 1.000 metros, según  el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica.

La otra se registró a las 5:29 a.m. que alcanzó una elevación de 3.500 metros

El lunes a las 2:14 p.m. se dio la más fuerte del reciente periodo con una elevación de casi 4.000 metros.

“La erupción se debió a ese bloqueo y fue bastante energética”, informó Geoffroy Avard, investigador y coordinador de Vulcanología del Ovsicori.

“Tuvimos dificultades para medir con precisión la altura de la columna eruptiva porque una capa de nubes, situada a dos kilómetros sobre el volcán, ocultó parcialmente el fenómeno”, reconoció.

Por precaución, el acceso al parque de mayor visitación de turistas está cerrado desde hace dos semanas.

Las alertas

La Comisión Nacional de Emergencias declaró:

🔴 Alerta Roja para el área Parque Nacional Volcán Poás
🟠 Alerta Naranja para Sarchí y Grecia
🟡 Alerta Amarilla para Alajuela, Poás, Naranjo, Río Cuarto y Zarcero

Hicieron un llamado a la población a no hacer ingresos ilegales al Parque Nacional Volcán Poás, debido al riesgo que representa.

También pidieron no acercarse a los cauces de los ríos Desagüe, Anono, Gorrión y Agrio, pues podrían transportar material volcánico.

Advirtieron que de ninguna manera el agua de estas cuencas debe ser consumida por personas o animales.


Nuevo ciclo tras 10 años

En 2015 el volcán Poás registró otro fuerte ciclo eruptivo así analizado por expertos de Ovsicori-UNA.

Adjunto el informe:

El reciente ciclo eruptivo en el Volcán Poa se destacó por la dramática desaparición y posterior reaparición del lago del cráter en la cima. Este ciclo consistió en fases discretas de actividad asociadas con una gama de firmas geofísicas y geoquímicas que ilustran el valor relativo de las diversas técnicas para identificar fenómenos precursores.

Los episodios intrusivos de 1980 y 1986-1989 en el Volcán Poa fueron precedidos por sismicidad de tipo A. El magma ascendió cerca de la superficie en ambas ocasiones, pero el foco se desplazó del domo (1980), cuando el lago permaneció estable, al lago del cráter (1986-1989).

El evento de 1986-1989, que culminó con la pérdida completa del lago del cráter y erupciones explosivas, se caracterizó por aumentos concurrentes en la microgravedad (en el fondo sur del cráter), la sismicidad de tipo B y la temperatura del lago, así como por cambios en la geoquímica del lago.

La masa calculada de magma intrusionada en este período es demasiado pequeña para explicar el aumento observado en el flujo de calor superficial y la subsiguiente pérdida del lago; sugerimos que una serie de conductos dendríticos llenos de magma intrusionados debajo del lago facilitaron un mayor flujo de calor y gas desde un cuerpo alimentador de magma más profundo.

Se prevé un modelo en el que la fractura frágil del caparazón de magma a unos 500 m de profundidad permite que el magma ascienda a través del sistema de conductos debajo del cráter y vuelva a caer o solidificarse in situ cuando la presión disminuye.

Mientras está activo, este proceso transfiere calor y gas hacia arriba impulsado por la convección de magma boyante y rico en volátiles que desplaza al magma más frío y relativamente pobre en volátiles.

A medida que la presión del magma desde abajo disminuye, se rompe el vínculo entre el alimentador de magma más profundo y el sistema de conductos superior, y el sistema hidrotermal reanuda su función de enfriar el alimentador de magma. La función del lago como amortiguador físico y químico del sistema volcánico quedó claramente demostrada cuando su desaparición en 1989, acompañada de un aumento de la actividad eruptiva y emisiones de gases, generó un considerable impacto ambiental local. Por lo tanto, el lago actúa como moderador e indicador de los procesos volcánicos en Poas.

Fuente: Ovsicori-UNA