“Cuando él fue nombrado ministro, no habí­a contra don Celso ninguna acusación de este tipo ni tampoco se me hicieron advertencias”, asegura expresidente Luis Guillermo Solís

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Edgar Fonseca, editor/Foto Zoom PuroPeriodismo

El expresidente Luis Guillermo Solís (2014-2018) dijo ayer que nunca recibió una alerta previa sobre las actuaciones del exmagistrado y exministro de Seguridad, Celso Gamboa Sánchez, requerido en extradición por EE.UU. por presunto cargo de tráfico internacional de drogas.

“Cuando él fue nombrado ministro, no habí­a contra don Celso ninguna acusación de este tipo ni tampoco se me hicieron advertencias, ni de agencias locales de investigación, ni de mi propio equipo que investigaba a los ministros que serí­an invitados a formar parte del gabinete, ni de organismos internacionales sobre acciones que don Celso tuviera en ese momento. Yo no las conocí­. No las tuve así­”, afirmó el exmandatario en una amplia conversación con este editor vía Zoom Facebook Live, ayer martes 29 de julio.

Ratificó que en ningún momento se le alertó de supuestas actuaciones anómalas por parte de Gamboa Sánchez a quien nombró como ministro de Seguridad en mayo 2014, como continuidad de su cargo de viceministro durante la administración previa de la presidenta Laura Chinchilla Miranda. 

Gamboa renunció de ministro el 3 de febrero 2015 para asumir como Fiscal General Adjunto. Fue designado Magistrado de la Sala III Casación Penal el 11 de febrero 2016. Su nombramiento fue revocado por la Asamblea Legislativa el 10 de febrero 2018 en medio de fuertes cuestionamientos a su gestión en particular por su estrecha relación con el empresario Juan Carlos Bolaños ligado al denominado escándalo Cementazo.

El lunes 23 de junio anterior, el director del Organismo de Investigación Judicial, Lic. Randall Zúñiga, anunció el arresto de Gamboa ante la gestión de extradición estadounidense

Al expresidente Solís no lo sorprendió dicha gestión dados los posteriores señalamientos que surgieron en el caso del exjerarca quien fue arrestado ese lunes por el OIJ en Escazú ante petición urgente de la embajada norteamericana.

Enfrenta una acusación por la Fiscalía Federal del Distrito Este de Texas.

El exmagistrado descuenta dos meses de prisión preventiva en Máxima Seguridad, La Reforma, bajo el trámite de extradición y, en paralelo, enfrenta una causa por supuesto tráfico de influencias junto al exalcalde Johnny Araya y a la exfiscala subrogante Berenice Smith.

En la entrevista, el expresidente Solís Rivera:

-ve decisiva batalla por Asamblea Legislativa en febrero pero cree que ningún partido obtendrá supermayoría

-acusó al gobierno del presidente Rodrigo Chaves de una intención de destrucción institucional


Cuando él fue nombrado ministro no habí­a contra don Celso ninguna acusación de este tipo ni tampoco se me hicieron advertencias

-La gestión que anunció Estados Unidos contra el exministro, el exmagistrado Celso Gamboa, ¿lo tomó por sorpresa?

-Es la primera vez que tenemos la posibilidad de que costarricenses sean extraditados y en ese sentido sí­ creo que fue sorpresivo. Yo le doy la bienvenida a la extradición. Me parece que es un recurso el cual tenemos que echar mano precisamente para contener parte de los problemas que estamos teniendo y en este caso, si hay una sustentación, como pareciera haberla, de actos de ilí­citos vinculados al narcotráfico que han sido cometidos por el exmagistrado y exministro don Celso Gamboa pues tienen que ser analizados y procede, por lo tanto, la extradición de él y quienes en el futuro, bueno de él y los otros tres personas que están siendo solicitadas para extradición y todos quienes en el futuro tengan vinculaciones con crímenes organizados como el narcotráfico particularmente.

¿Lo tomó por sorpresa esta gestión contra alguien que fue ministro titular de la cartera de Seguridad al asumir su administración? 

-No me tomó por sorpresa en el tanto habí­a una serie de acusaciones y de indicios etcétera que don Celso Gamboa estaba vinculado con actividades ilí­citas, o sea en eso lo que pasa es que el recurso de la extradición misma no se habí­a aplicado si es que se lo aplicaran a él me puso tanta sorpresa, como puede producir una de estas medidas que se aplica por primera vez. Pero ya habí­a muchos rumores y yo, por supuesto, lo he dicho ya y lo repito ahora: no tuve que atender en mi gestión, porque no existí­a, nunca recibí­, ni conocí­ de actividades como las que se le acusan a don Celso hoy, durante el tiempo, los nueve meses que fue ministro en mi administración. 

¿Cómo entender que una persona con los referentes, los precedentes, la acusación latente en los tribunales de Estados Unidos pueda llegar a máximos cargos públicos como ocurrió en el caso del ex magistrado Gamboa siendo ministro de Seguridad, siendo magistrado de la Sala Tercera Penal?

-Es que lo cargos no existí­an hasta donde yo entiendo en ese momento, cuando fue magistrado o cuando fue ministro o cuando fue director de la DIS, en la administración Chinchilla Miranda. Esto es, según entiendo por lo que ha trascendido la prensa de la acusación, algo de lo cual se le vincula formalmente a partir del año como 2023 una cosa así­. No quiere decir que antes no estuviera vinculado pero como le digo al menos en lo que a mí concierne y lo que puedo dar cuenta personalmente, porque me consta, es cuando él fue nombrado ministro no habí­a contra don Celso ninguna acusación de este tipo ni tampoco se me hicieron advertencias, ni de agencias locales de investigación, ni de mi propio equipo que investigaba a los ministros que serí­an invitados a formar parte del gabinete, ni de organismos internacionales sobre acciones que don Celso tuviera en ese momento. Yo no no las conocí­. No las tuve así­. No sé en qué momento ocurrió el inicio de esa faceta de la vida de don Celso.

¿Hay un mensaje por parte de Estados Unidos hacia la institucionalidad de Costa Rica con esta gestión de extradición?

-No lo creo porque este es un procedimiento que existe desde hace ya muchos años con muchos paí­ses. Lo es con respecto a Costa Rica en el sentido que nosotros no tení­amos que enfrentar este tipo de acciones judiciales porque no tení­amos tampoco una ley que lo facilitara. Creo que los Estados Unidos están aplicándole a Costa Rica lo mismo que a otros paí­ses con ese mismo recurso, el de la extradición. Ahí­ me parece que no hay un mensaje. Sí­ creo que hay un mensaje a diferencia de lo primero en el uso de la remoción de visas o en el uso de eventualmente de aranceles como un instrumento de presión. Pero la extradición no, no lo creo. 

¿Cree que se pueda dar ese impacto en las estrategias de control de seguridad del paí­s, de control del crimen organizado, de combate de los grupos de los carteles internacionales de las drogas? 

-Ah, eso sí­, sin duda, y ojalá que los asuste, ¿verdad?. Me acuerdo de aquella frase terrible que usaban los narcotraficantes en Colombia en los años ochenta que decí­an que era “mejor una tumba en Colombia que una cárcel en los Estados Unidos”. Creo que les intimida mucho el pasar a convertirse en privados de libertad en cárceles de los Estados Unidos. Espero que sí­, que haya un efecto de que por lo menos se anden con pies de plomo, aunque debo decirle que el negocio del narcotráfico es tan inmenso, como lo es el del tráfico de armas o el tráfico y trata de personas que no será suficiente para disuadir las acciones del crimen organizado el tener una ley de extradición, pero sí­ puede tener algún efecto y ojalá que sea un efecto para bien. 

¿Un caso como este evidencia que Costa Rica, como algunos lo califican, está en las cercaní­as o es un narcoestado?

-No yo no llevarí­a esto hasta ese punto. Creo que estamos gravemente afectados por el crimen organizado, pero sigo teniendo una gran confianza en las instituciones que tienen que atender estos problemas. No quiere decir que no haya contaminación. No quiere decir que no haya personas en el Estado costarricense, como se pareciera notar en la acusación de extradición que se ha hecho a don Celso y a las demás personas, y es que puede tener colaboradores en el Estado y tal, pero un tema estructural del Estado costarricense en su conjunto metido en una connivencia con el crimen organizado, con penetración absoluta del crimen organizado hasta los últimos niveles de la toma de decisiones del Estado como ha ocurrido en otros paí­ses, el caso más grave de todos por supuesto es Haití­, no creo que esté ocurriendo. Sí­ creo que estamos en un momento muy decisivo en donde todaví­a tenemos posibilidad de evitar que aquí­ se presenten ciertos procesos que en otros lugares han llevado a la destrucción de la democracia y a convertirse al Estado en un viabilizador del crimen organizado. A Costa Rica tenemos que protegerla para que no ocurra, sin duda.

-Especial PuroPeriodismo.com/Entrevista Edgar Fonseca, editor

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