Descalabro en seguridad/Gobierno el gran responsable/La denuncia de la expresidenta Laura Chinchilla en la Asamblea Legislativa

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Especial PuroPeriodismo/Foto Asamblea Legislativa

La expresidenta Laura Chinchilla responsabilizó al gobierno del presidente Rodrigo Chaves de la grave crisis de seguridad que enfrenta el país.

“La crisis de seguridad de hoy es real y el principal responsable es la actual administración”, sentenció la exmandataria durante una comparecencia ante diputados de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa el jueves 14 de agosto.

“Hoy Costa Rica está experimentando una crisis de seguridad y déjenme decirles así de claro, comparando con muchos otros escenarios que me ha correspondido ver, especialmente en América Latina, se encuentra al borde del abismo”, remarcó vehemente ante los congresistas.

“Costa Rica hoy está en la mira del crimen organizado y de grupos que operan fuera de la ley. Tenemos que hacer lo posible, y sé que ustedes están en eso, porque estos grupos no se consoliden, ya están aquí muchos de ellos. Tenemos que evitar que esa imagen de esa Costa Rica que hoy ve el presidente Trump o que ven en las primeras páginas muchos ciudadanos del mundo, debemos evitar que esa imagen se fije en la retina de los medios internacionales, de los mandatarios, de los empresarios y de los ciudadanos del mundo”, clamó.

Por la gravedad de sus denuncias y la trascendencia y oportunidad del tema, en PuroPeriodismo reproducimos el texto de la expresidenta Chinchilla.

Crisis de Seguridad en Costa Rica: al borde del abismo.

Comisión Permanente Especial de Seguridad y Narcotráfico, Asamblea Legislativa.

Laura Chinchilla Miranda, Agosto 2025

En primer término, agradezco muchísimo la oportunidad que se nos ha dado a varios de venir, no solamente a responder algunas de las inquietudes que han surgido a lo largo del debate sobre estos temas tan sensibles y relevantes para el país, sino también algo que me parece que es muy importante y es que también podemos aprovechar para hacer aportes adicionales que esclarezcan en mucho lo que es el objetivo fundamental del expediente que ustedes están tratando, el expediente 24.697, sobre el debilitamiento de la política de seguridad pública y las eventuales responsabilidades. 

Yo me permitiré presentarles para ser un poco más liviana, pero sobre todo porque vengo no a dar mis opiniones, que por supuesto también emergerán, sino por sobre todo me interesa poder ilustrar la situación que se discute sobre la base de evidencia, de datos que vamos a estar presentando, todos ellos si les garantizo provenientes de fuentes oficiales, sean estos organismos internacionales o entidades del gobierno. 

Definitivamente, tal y como se muestra en la pantalla, y espero que puedan estar siguiendo quienes siguen el debate, también mirar la presentación, sin lugar a dudas, hoy Costa Rica está experimentando una crisis de seguridad y déjenme decirles así de claro, comparando con muchos otros escenarios que me ha correspondido ver, especialmente en América Latina, se encuentra al borde del abismo.

En tan solo 10 años, Costa Rica pasó a ser uno de los cinco países más seguros de América Latina, a convertirse en el segundo país más violento de Centroamérica y en el séptimo más violento de América Latina. También, a la par de esto, y resultado precisamente de esto, se intensificaron a niveles sin precedentes las acciones del narcotráfico y el crimen organizado en el país. Hoy, señoras y señores diputados, estamos en la mira. Costa Rica está en la mira.

No necesito decir mucho cuando efectivamente ocupamos las primeras páginas de los principales medios de comunicación a nivel internacional. Hasta el presidente Trump de pronto se enteró a dónde quedaba San José de Costa Rica.

Y vean ustedes el dato que les mencioné al arranque en este conjunto de barras que reflejan la tasa de homicidios por 100 mil habitantes para toda la región. La barra rojita es Costa Rica, que ya, como les digo, se ha movido de estar en el lugar cinco, allá a la derecha, a cada vez más arriba. 

Aquí también pueden ustedes corroborar con una serie en el tiempo del año 2010 al año 2024, que es el último dato que tenemos de las cifras de homicidio en el país, cómo la tasa de homicidios experimentó una baja entre el 2010 y el 2013 de 24 por ciento.

Luego viene un período en donde bien vuelve a crecer un poco el homicidio. El homicidio podíamos decir que se mantenía en alguna tasa promedio que era alrededor del 11 al 12 por 100 mil habitantes. 

Es a partir del año 2022 que se experimenta un salto sin precedentes, al punto que en estos tres años, 22 a 24, el incremento en la tasa de homicidios alcanza el 35 por ciento.

Déjenme decirles que cuando hablamos de tasa, muchas veces invisibilizamos de lo que estamos hablando. Estamos hablando de gente de carne y hueso. Estamos hablando de gente que muere asesinada.

Y entonces también es importante visibilizar esos números. En el 2003 Costa Rica perdía, sí, tristemente, 411 personas asesinadas, pero ya para el 2023 ese dato alcanzaba 907 personas. 

Sin duda alguna, y esto ya ustedes lo habrán oído muchas veces, el crimen organizado es el principal factor asociado a la homicida que hoy sufre el país.

Y aquí se observa también el incremento tan dramático del impacto que está teniendo el crimen organizado. Es uno de los factores a través del cual medimos cuánta penetración se va dando por parte del crimen organizado en un país determinado. 

En el año 2010, apenas 12 por ciento de los homicidios se atribuían al crimen organizado. Para el 2023, ya ese porcentaje alcanzaba el 70 por ciento. 

Y si bien es cierto, hay quienes, porque así es en una mayor cantidad, los que mueren son miembros de las bandas organizadas, ese famoso estribillo y triste estribillo de que se maten entre ellos, ha venido de alguna manera, no solamente haciendo algo peligroso, que es normalizar las muertes entre pandilleros. 

Y cuando vemos el asesinato que hoy tiene el lugar de un niño de 14 años, que simbólicamente además corre hasta una escuela, y ahí mismo lo acribillan, entendemos que no podemos normalizar, por más que se estén matando entre ellos, porque esos ellos son jóvenes y son niños..

Pero miren ustedes este dato que es espeluznante, el incremento en el número de víctimas colaterales, aquella gente que no tenía nada que ver con los incidentes, algunos de ellos menores de edad y hasta bebés han muerto de esa manera, eso se ha incrementado en 1.200 por ciento entre el año 2019 y el año 2023. 

Por eso es que afirmo algo de manera tan categórica, pero ahí están los datos.

Ser joven en Costa Rica hoy es un factor de riesgo frente al crimen y la violencia. Los estamos condenando, señoras y señores diputados, a terminar en una celda o en una fosa. Vean ustedes las edades de las víctimas de homicidio, 60 por ciento de ellos son jóvenes entre 15 y 29 años, 47 por ciento de quienes guardan prisión son jóvenes entre 18 y 34 años, 81 personas de esas que guardan prisión son personas con secundaria incompleta.

Hoy 146 mil jóvenes entre 15 y 24 años ni estudian ni trabajan, los ninis que llamamos. Ellos son la presa predilecta de las bandas criminales si no les damos otra opción más que aceptar las ofertas de las redes criminales. 

Pero vean ustedes que no se trata solamente de la violencia, de los homicidios, que es el crimen más grave que ocurre en cualquier sociedad y de ahí que se convierta en un indicador relevante para el análisis.

Costa Rica hoy está atemorizada, Costa Rica hoy vive en un estado de alarma social permanente, mientras que en el 2010 y 2013 logramos disminuir ese temor del 49 al 18 por ciento de los ciudadanos, en esta ocasión se elevó entre el 22 y el 2025, que es el último dato de la encuesta SIEP, de un 7 por ciento, porque habíamos desaparecido prácticamente el temor ante el delito a un 44 por ciento. 

Pero esta alarma social también está teniendo implicaciones, obviamente en las formas en que la gente convive o deja de convivir, la forma en que la gente mira a los demás, la forma en que la gente busca protegerse, pero vean ustedes el impacto también, a veces no tan explícito, que puede tener desde el punto de vista del desarrollo económico. 

Acaba también de salir una encuesta corrida por la Cámara de Industria de Costa Rica y vemos estos resultados, 70 por ciento de las empresas consideran que Costa Rica es insegura o muy insegura, 51 por ciento, consideran que la inseguridad está afectando su competitividad, una de cada diez empresas, ustedes dirán, nada más una, veamos la tendencia, cómo va a venir, una de cada diez empresas han pospuesto o reducido planes de expansión por la inseguridad.

Esta fue la declaración que, ante estos datos, dio ayer el presidente de la American Chamber, cuando dijo: “tradicionalmente en Costa Rica, eso nunca había sido un tema de preocupación. Cuando hacías toda la matriz y venía un tema de seguridad, hacías un check de que Costa Rica estaba en verde, eso lamentablemente sí ha cambiado”.

Esta fue la declaración que, ante estos datos, dio ayer el presidente de la American Chamber, cuando dijo: “tradicionalmente en Costa Rica, eso nunca había sido un tema de preocupación. Cuando hacías toda la matriz y venía un tema de seguridad, hacías un check de que Costa Rica estaba en verde, eso lamentablemente sí ha cambiado”.

Sin embargo, la obligación de los gobernantes es enfrentar los desafíos de sus tiempos y el problema, por eso digo, no es necesariamente cuándo empezó, sino cuándo se salió de control.

Y para esto, permítanme hacer un paréntesis, no porque yo subestime el nivel de conocimiento de muchos de ustedes, sino porque quiero seguir encadenando para lo que viene de manera lo más lógica posible mi presentación. 

La seguridad de Costa Rica está condicionada, es una seguridad muy excepcional, casi que única a nivel mundial, porque confluyen dos factores importantes. Uno es el entorno y el otro es el modelo.

América Latina es, y ustedes podrán ver aquí un momento, América Latina con menos del 9% de la población del mundo contabiliza 35% de los homicidios. Entre las 30 ciudades más peligrosas del mundo, 20 son latinoamericanas y América Latina aloja a los tres países del mercado ilícito más exitoso, más generador de recursos, que es el mercado ilícito de la cocaína.

Ahí les pongo esta tabla, es de la iniciativa global contra el crimen organizado 2023, y ustedes pueden ver los 15 mercados que ya hoy operan en América Latina. De ellos nos hemos convertido, América Latina, en el hub principal de por lo menos cinco de ellos. Y les invito a que vean los primeros, porque hay una combinación explosiva entre las drogas ilícitas y las armas ilícitas.

Por eso es que la expresión de violencia del crimen organizado en América Latina es tan particular. Pero no solamente se trata del barrio en que vivimos, pero eso ha sido así siempre. Se ha agravado en los últimos años, aunque no en todos los países por igual, pero América Latina siempre ha sido así.

Es decir, que a mí me tocó gobernar con la misma América Latina, que a los presidentes que siguieron o sucedieron, les tocó gobernar exactamente con los mismos vecinos. De manera que hay que estar siempre en alerta considerando ese factor. Y el segundo elemento, que ese sí es absolutamente excepcional, es que nuestra seguridad es 100% civilista.

El artículo 12 de la Constitución Política abolió el ejército. Y además, precisamente por estar apoyada exclusivamente en cuerpos de policía civil, es que se vuelve tan fundamental tener como aliados al Estado de Derecho, que son los jueces y los fiscales, y además el desarrollo social, para prevenir todo lo que podamos. 

Porque cuando se trata ya de enfrentar a los malos, no necesariamente podemos hacer lo que algunos países están haciendo, que es echar a las tropas a las calles.

De manera que la prevención, el Estado de Derecho, son pilares fundamentales a la par de la policía, en el caso de Costa Rica. 

Estos tres pilares tienen que ir de la mano frente a cualquier estrategia de seguridad que aspiremos sea exitosa. Estado de Derecho, prevención social y la policía civil.

Estos tres pilares tienen que ir de la mano frente a cualquier estrategia de seguridad que aspiremos sea exitosa. Estado de Derecho, prevención social y la policía civil.

Pues bien, a partir de esta condición tan excepcional que tenemos el entorno y nuestro modelo, yo agregaría que hay otro elemento adicional que complica nuestra situación desde el punto de vista de la gestión pública, y es que el modelo policial que diseñamos es un modelo totalmente atomizado.

Los costarricenses siempre han sido suspicaces, y eso es sano, déjenme decirles, frente a la concentración de poder. Y entonces siempre se resistieron a concentrar todo en un único mando policial. Este es nuestro cuadro de policías.Estamos hablando de 12 policías, malas municipales, que pueden andar por 18 o 20 en este momento. Esto va a ser importante por lo que les voy a decir, en lo que sigue, por los elementos tan necesarios de coordinación y de integración del accionar policial.

Entonces, vaya, habiéndoles dicho brevemente esas dos condiciones tan particulares, hay cuatro, a mi modo de ver, factores que son indispensables para procurar alcanzar el éxito en cualquier política de ciudadanía.

Una es la actitud de alerta permanente. De nuevo, el barrio es peligroso. Segundo, un liderazgo que convoque al más alto nivel.

Tenemos un modelo atomizado, y si los dejamos que cada uno vaya por su lado, vamos a disminuir los niveles de eficiencia. 

Muchísimo más vamos a disminuir los niveles de eficiencia si en lugar de convocar, desconvocamos a través del ataque permanente algunas de las instituciones. 

El tercer elemento es la estrategia integral, porque, insisto, la prevención social ha sido el corazón del éxito que tuvimos como país, pero también el control policial y, obviamente, la sanción oportuna de tipo judicial.

Y, finalmente, el financiamiento, los recursos, cada vez se vuelve más importante la información y la inteligencia. 

Déjenme decirles que, a mi modo de ver, en materia de liderazgo político, se claudicó. Se claudicó en el papel más importante en el modelo de seguridad de Costa Rica, que es convocar y que es coordinar, y por eso es que existe la Ley General de Policía, el Consejo Nacional de Seguridad, que difícilmente se ha convocado en los últimos años.

Además, y aquí va a haber una seguidilla, posiblemente, de elementos que confirman que esos factores a los que me refería que son claves, no se están cumpliendo, de manera que el resultado no puede ser otro más que el que estamos viendo, porque, aparte de que se claudicó en la naturaleza del liderazgo que requiere nuestro modelo de seguridad, disminuyeron sensiblemente los recursos asignados a la seguridad. 

Mientras en el 2010-2014 llevamos el incremento a los ministerios de Justicia y Seguridad a un casi 70% de más, luego una caída sensible entre el 2014-2018, 2018-2022 se da una razonable recuperación, pero en el momento en que la crisis nos estallaba en la cara, se decidió tener presupuestos muy bajos para seguridad y justicia. 

Mientras en el 2010-2014 llevamos el incremento a los ministerios de Justicia y Seguridad a un casi 70% de más, luego una caída sensible entre el 2014-2018, 2018-2022 se da una razonable recuperación, pero en el momento en que la crisis nos estallaba en la cara, se decidió tener presupuestos muy bajos para seguridad y justicia. 

Hoy está alrededor de 300, aunque reconozco que por los recursos que ustedes asignaron, se está volviendo a contratar algunos policías. 

Entonces, en estos años, en donde el comercio de cocaína se ha acrecentado a niveles nunca antes, a nivel global, en Costa Rica caen los decomisos de cocaína. Algo que simple y sencillamente no calza. 

Se reduce, además, yo sé que aquí puede haber una discusión muy de fondo, muy filosófica, la cárcel no necesariamente es la solución, pero a veces no nos queda más que ir a limpiar las calles cuando se ha abandonado el problema, ¿no? Lo importante es hacerlo apegados, estrictamente apegados al Estado de Derecho y a las garantías procesales.

Pues resulta que hubo una alianza entre el gobierno, en su momento, durante mi administración, y los jueces de la República. Y conseguimos una de las medidas más exitosas, ha sido un caso de análisis a nivel mundial, que fue la creación de los tribunales de fragancia, muchos de ellos con los recursos necesarios para trabajar 24 horas. 

Y entre esa alianza, entre fiscales, policías y jueces, en caliente se llevaban las denuncias, de una vez con las víctimas y de una vez con los testigos y los responsables.

Como consecuencia de esos juicios abreviados, se nos llenaron las cárceles del país. La población penitenciaria, en mi gobierno, creció 80 por ciento. Y la población institucionalizada, 35 por ciento.

Vean luego ustedes lo que pasa. Se ha abandonado eso. Aquí no estamos pidiendo la receta de Bukele. Eso es arbitrariedad, eso no es firmeza, lo que él hace. Pero sí necesitamos mayor efectividad, y eso solamente se logra en el momento en que volvamos a recomponer la alianza entre los jueces y los gobernantes. Tenemos que estar del mismo lado.

¿Cuánto deben aplaudir los malos de la película cuando nos ven pelear entre nosotros? Pero además, y esto a mí me duele, y esto a mí me duele, porque se crearon precisamente con la Ley General de Policía, cuando yo di mis primeros pasos en los temas de seguridad, que es la Policía Control de Drogas y el Servicio Nacional de Guardacostas. 

Ambos hoy están debilitados, pero además buscan desacreditarlos, como se hace con el OIJ o el Ministerio Público. En la PSD, y revisando actas, yo les pediría que indaguen más.

Ellos merecen que se indaguen más. Es una de las policías más profesionales que existía en la región. Se le restaron recursos, se le restó el papel rector, se sacó del control de fronteras aéreas, de fronteras terrestres y de fronteras marítimas.

No encuentran a ningún oficial de la PSD en ninguno de estos puestos que estoy aquí enumerando. Eso es muy grave. Yo entiendo que los policías no pueden permanecer por mucho tiempo en un único puesto, pero se rotan, pero se ponen y se sustituyen por aquellos que han recibido la formación y el conocimiento.

Y de Guardacostas no voy a profundizar en eso. Ustedes sí han ahondado muchísimo y los felicito por ello. 

Es por esto que ya para ir ahora sí terminando, señor presidente, es que yo no puedo, y aquí sí viene mi opinión. Todo lo que les he dado anteriormente son datos. Es evidencia, ya sea porque son estadísticas o porque son testimonios que se han rendido ante esta comisión.

Pero esta sí es mi opinión y me voy a adelantar posiblemente a lo que ustedes en su momento tendrán que llegar a establecer. No pretendo, por supuesto, imponerles mi criterio, ni mucho menos. Pero la crisis de seguridad de hoy es real y el principal responsable es la actual administración.

Se han conjugado tres factores, tres grandes factores. El fortalecimiento de los mercados ilegales en América Latina, como ya pudieron observarlo. Segundo, la ausencia de la visión de la estrategia y del liderazgo en Costa Rica.

Y como resultado de estas dos cosas, vean, el Crimen Organizado son empresas globales, debidamente articuladas. Ellos hacen escenarios. Ellos leen las estadísticas. Ellos monitorean los acontecimientos en un país. Y cuando ven que un país afloja, simplemente se desplazan. Cuando en otros empiezan a socar, se desplazan.

Y a mí lo que me angustia es que con la guerra, las drogas que le está declarando el presidente Trump, particularmente a los grupos organizados de México, y particularmente al tema del fentanilo, a mí lo que me angustia es que lo que vamos a ver es un desplazamiento de los laboratorios de fentanilo, que se pueden acomodar en la cocina de cualquier casa, hacia países como los nuestros. 

Entonces, no hemos visto nada con la cocaína. Lo que nos espera con el fentanilo, si no frenamos esto, es el verdadero infierno.

Por eso es que termino pues diciendo, también retomando lo que dije al inicio, que Costa Rica hoy está en la mira del crimen organizado y de grupos que operan fuera de la ley. Tenemos que hacer lo posible, y sé que ustedes están en eso, porque estos grupos no se consoliden, ya están aquí muchos de ellos. Tenemos que evitar que esa imagen de esa Costa Rica que hoy ve el presidente Trump o que ven en las primeras páginas muchos ciudadanos del mundo, debemos evitar que esa imagen se fije en la retina de los medios internacionales, de los mandatarios, de los empresarios y de los ciudadanos del mundo.

Porque Costa Rica nunca fue así, porque nunca fue vista así. Lo nuestro ha sido siempre la paz ciudadana, no la violencia, no la criminalidad. Muchas gracias

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