De militares a operadores económicos de Ortega/Bayardo Arce y Álvaro Baltodano, hoy caídos en desgracia

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PuroPeriodismo/La Prensa, Managua

Los dos fueron comandantes guerrilleros, después del triunfo de la Revolución Bayardo Arce se convirtió en uno de los nueve comandantes de la dirección nacional del Frente Sandinista, y Álvaro Baltodano Cantarero se enlistó en el Ejército donde alcanzó el rango de general. Tras la derrota electoral de 1990 asumieron el rol de operadores económicos y garantizaron que Daniel Ortega siguiera activo en la vida política. Desde el retorno de Ortega al poder en 2007, consolidaron su función de enlace con el gran capital y ahora, tras décadas de lealtad, son reos de la dictadura que ayudaron a consolidar.

Mientras Baltodano evitaba la exposición pública y demostraba carácter y voz suave, Arce nunca perdió oportunidad para dejar en evidencia su soberbia y arrogancia, incluso con gritos y burlas. A partir del estallido de la crisis sociopolítica del 2018, ambos comenzaron a perder poder, mientras la vocera oficial Rosario Murillo, avanzaba hacia el control del gabinete económico.

Ahora Baltodano está condenado a veinte años de cárcel por el supuesto delito de traición a la patria; y Arce acusado por la Procuraduría General de la República (PGR) de lesionar el patrimonio del Estado y realizar transacciones y negociaciones que no cumplen con el marco legal vigente en Nicaragua.

Además, a través de un comunicado la PGR acusó a Arce de desatender la autoridad constitucional de las instituciones, al no asistir a una cita, por lo que le recordaron que «incumplir o irrespetar estas obligaciones constituye delitos graves que ameritan procesos».

De militares a operadores económicos 

La derrota electoral que sufrió el Frente Sandinista en 1990 alejó a Baltodano y a Arce de la vida militar. Al primero lo acercó al mundo empresarial del que no era ajeno por su origen familiar, mientras que a Arce lo convirtió en diputado de la Asamblea Nacional, y paralelamente siguió administrando los recursos del FSLN y representando a nivel internacional al grupo guerrillero convertido en partido.

El «cargo financiero» que ejerció Arce lo vinculó a la infraestructura económica-empresarial que montó el Frente Sandinista con los bienes estatales que se «apropió» en la «piñata», operación con la que tras la derrota electoral de 1990 se quedó con empresas, propiedades y otros bienes que inicialmente pertenecían al partido, pero con el paso del tiempo pasaron a ser propiedad de algunos dirigentes.

PuroPeriodismo/La Prensa, Managua

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