Fue ingenuo pensar que, por la visita de Rubio, EE.UU. iba a hacer una excepción con el país en aranceles/Ven error de fondo del gobierno

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Edgar Fonseca, editor/Foto Zoom PuroPeriodismo

La administración del presidente Rodrigo Chaves “pecó de ingenua” al esperar, tras la fugaz visita al país del secretario de Estado Marco Rubio, el 4 de febrero, un trato especial de EE.UU. con la aplicación de aranceles a los productos de exportación que fueron elevados, en el caso de Costa Rica, a 15%, entre los más altos de la región.

“Fue el error de fondo”, afirmó el abogado y exministro, Francisco Chacón, experto en comercio internacional y atracción de inversión externa, en un análisis compartido con el economista José Luis Arce, Director de Análisis y Estrategia de la firma FCS Capital, sobre las implicaciones de las medidas arancelarias dispuestas por el presidente Donald Trump que entraron en vigencia en la primera semana de agosto.

Ambos analistas compartieron sus apreciaciones en un intercambio con este editor vía Zoom Facebook Live este martes 12 de agosto. Video adjunto

Si, tras el breve paso de Rubio, el gobierno esperaba un trato especial, la realidad fue otra, lo que obliga a la administración replantear su estrategia de relación comercial internacional sin descuidar su estrecho nexo con Estados Unidos, principal socio comercial.

La aplicación de la tasa de aranceles fijada para el país responde a factores internos en la nación norteamericana. “Eso no iba a cambiar simplemente por una frase amable del secretario Rubio cuando vino al país”, dijo Chacón.

“Este tipo de visita como el día de hoy, sea seña de que bajo el presidente Trump, los Estados Unidos va a ser un amigo de sus aliados y que va a trabajar junto con sus aliados, especialmente un país como este que pensamos que es ejemplo y modelo, que quisiéramos otros países en el mundo que siguieran ese ejemplo”, remarcó el Secretario Rubio durante una conferencia en Casa Presidencial junto al presidente Chaves. 

Cuidar relación pero ir más allá

“Debemos cuidar la relación con Estados Unidos. Por el momento seguirá siendo nuestro principal socio comercial, nuestra principal fuente de inversiones y nuestra principal fuente de turismo”, advirtió el exministro Chacón.

Pero, junto a cuidar dicha relación, propugna por explorar otras oportunidades globales que se abren: eventuales acuerdos con la Unión Europea y el Grupo Transpacífico.

La primera reacción del gobierno fue destacar que lo tomó por “sorpresa” la decisión estadounidense y pidió negociar una pausa en la aplicación de dichos aranceles a las exportaciones del país. 

Chacón, exdiputado y exministro de Comunicación durante el periodo 2010-2014 (Chinchilla Miranda) afirmó que ante un cambio tan profundo en las relaciones comerciales internacionales, el país debe apostar por fortalecer educación, seguridad, infraestructura y diversificar mercados, entre otras prioridades.

Arce sostiene se debe ir a un gran acuerdo nacional para que el país enfrente una nueva e incierta realidad en el comercio global. Pero es escéptico que ello ocurra en lo que resta de la presente administración dado el grado de polarización y choque entre sectores fomentado desde el Poder Ejecutivo.

Francisco Chacón, abogado, exministro, experto en comercio exterior y atracción de inversión externa

-“Fue ingenuo pensar que porque el secretario Rubio habí­a venido a Costa Rica y nos habí­a dicho que éramos un ejemplo en la región, su polí­tica iba a cambiar en relación con los temas de fondo

¿Cómo ve usted lo que está pasando alrededor de la relación ya diplomática, polí­tica, bilateral? 

-Yo creo que fue ingenuo pensar que porque el secretario Rubio habí­a venido a Costa Rica y nos habí­a dicho que éramos un ejemplo en la región, su polí­tica iba a cambiar en relación con los temas de fondo. No iban a hacer una excepción en Costa Rica. Entonces haber creí­do que por esa razón í­bamos a tener un trato especial y más favorable, ese fue el error de fondo, pero por otro lado también hay que reconocer que el espacio que tiene Costa Rica para influenciar las decisiones en los Estados Unidos es pequeño. Entonces, si algo hay que achacarle al gobierno en esa relación, tal vez, es que pecó un poco de ingenuidad, pero tampoco podemos culparlo más de la cuenta en el sentido que no se logró el objetivo final que era reducir ese arancel o por lo menos mantenerlo a diez o por lo menos bajarlo un poquito más y no se logró simplemente porque esa decisión responde a una serie de parámetros internos en los Estados Unidos. Y la administración Trump no lo iba a cambiar simplemente porque el secretario Rubio tuvo una frase amable cuando vino a visitar al paí­s. Eso responde a otro tipo de factores, otro tipo de intereses. Y me parece que tenemos que cuidar la relación con Estados Unidos porque, por el momento, seguirá siendo nuestro principal socio comercial, nuestro principal fuente de inversiones y nuestro principal fuente de de turismo pero, aparte de cuidar eso, lo que tenemos que hacer a nivel internacional es buscar cuales son las oportunidades que se están abriendo. Esos acuerdos plurilaterales como el Transpací­fico. La Unión Europea a mí­ me parece que va a jugar un papel trascendental en la conformación del nuevo régimen económico internacional. Tenemos que acercarnos a ellos. Tenemos una gran cantidad de cosas en común desde el punto de vista cultural, de tradiciones y de creencia en principios democráticos, en defensa de los derechos humanos, en la del medio ambiente. Tenemos un montón de áreas en común y podemos hacer una yunta importante con la Unión Europea. Creo que ahí­ vamos a lograr cosas interesantes con ellos que van a jugar un rol trascendental. De manera que hay que ser realistas. Esto es “real politics”. Así­ es como es. No í­bamos a cambiar, no podí­amos cambiar la posición de los Estados Unidos. Fuimos un poco ingenuos. Tenemos otras oportunidades y hay que trabajarlas ahí­. Sí­ creo que tengo que tenemos una gran tarea que hacer por delante también, también a nivel internacional. Costa Rica ha descuidado por muchos años sus relaciones diplomáticas. No le damos la importancia aquí­. Creemos que tener una embajada en Washington decente es un lujo o que tenerla en Bruselas es un lujo. No. Para un paí­s pequeñito que no tiene ejercito, que depende de las relaciones diplomáticas, que depende de las buenas relaciones con sus otros paí­ses, hay que invertir en eso. También significa plata, no tanta como los otros temas que hemos hablado, pero en eso hay que invertir en tener una representación diplomática en las principales capitales del mundo decente y eso no lo hemos tenido. No lo tiene este gobierno. No lo tuvo el pasado, ni el antepasado, ni cinco para atrás. No es algo nuevo, pero ahí­ tenemos que poner, también, las barbas en remojo y tener claro que eso es importante, que eso pueda ser una diferencia. Que así­ como hasta ahora tenemos muy poca capacidad de influencia, eso podrí­a cambiar un poquito si invertimos un poco más en nuestras relaciones diplomáticas. 

José Luis Arce, economista, Director Análisis y Estrategia FCS Capital

“Esto no deberí­a ser un asunto solamente del gobierno de turno. Se necesita un poco empezar a plantear en una clave más amplia un acuerdo de naturaleza nacional

¿Cuáles ve usted posibles escenarios de reacción desde el gobierno en este momento partiendo de que la primera reacción fue que los tomó por sorpresa la decisión norteamericana?

-Aquí­ quizás lo que uno deberí­a empezar a plantear es que esto no deberí­a ser un asunto solamente del gobierno de turno. Creo que se necesita un poco empezar a plantear esto más en una clave más amplia de un acuerdo de naturaleza nacional, porque este tipo coyunturas, me parece que no por por la manera que ha mostrado el gobierno a lo largo de los últimos tres años creo que es evidente, no se puede esperar mucho, en general en términos de reacciones y soluciones de largo plazo a esta problemática. Más bien de hecho algunas acciones y omisiones de esta administración en ámbitos comerciales, educativos, de seguridad, nos ponen en peor situación para enfrentar lo que viene hacia adelante. Yo tendrí­a poca esperanza que el gobierno tenga la voluntad y la capacidad polí­tica y sobre todo la voluntad de hacer algo distinto, pero aquí­ lo importante es ¿cómo tomamos el toro por los cuernos, y no nos quedamos simplemente en la estupefacción? Donde empezamos a diseñar polí­ticas que nos ayuden a salir de esta atolladero. Creo que un primer tema importante, no va a faltar algunas cabezas calientes que vayan a pensar que el tema aquí­ es haber apostado a la apertura comercial o haber apostado al comercio. El frí­o no está en las cobijas. Si no hicimos cosas, por ejemplo, en materias redistributivas o en materias de financiación correcta a los estados de bienestar, no está en lo comercial el problema. Está en las otras cosas que no hicimos, en educación, en sostenibilidad fiscal con el tiempo. Un primer elemento es entender cómo va a cambiar el mundo, cómo apostar un poco a qué cómo va a cambiar el mundo y empezar a aprovechar los acuerdos comerciales y los espacios comerciales que vayan quedando vigentes, o, cruzando los dedos básicamente para que esas otras áreas no se cierren. Que no entremos en un proceso de represalias comerciales entre diferentes bloques que termine afectando más a esto y aprovechar esos espacios rápidamente. Esos cambios no van a ser rápidos. Uno no puede encontrar rápidamente otro mercado que sustituya ni el nivel de ingreso ni en tamaño al mercado estadounidense pero va creando espacios, por ejemplo, para que el proceso de ajuste se dé para que uno pueda conseguir otro comprador a sus bienes u otro proveedor a sus materias primas y eso facilita el proceso de ajuste. Eso es crucial. La otra cosa importante entender nuestro problema de productividad y de competitividad. Somos un paí­s caro. Podrí­amos tener una discusión sobre si el tipo de cambio está en un nivel correcto o incorrecto, pero hay muchas cosas que son claves para competir en el mundo actual y que, además, son nuestra apuesta de los últimos veinte, treinta años. Por ejemplo, el tema educativo. Hemos retrocedido enormemente en ese ámbito y eso nos va a pasar la factura, no solo social, no solo económicamente sino socialmente. Ahí­ tenemos que de verdad repensar esos temas porque nuestra apuesta de valor agregado, y una de las razones por las cuales lo que vendemos en el resto del mundo cada vez tiene más valor añadido, requiere más capacidades de nuestras personas, ya no simplemente traer productos de otros paí­ses y armarlos y reenviarlos sino agregar conocimiento y habilidades locales tiene que ver con la educación, con lo que hicimos los décadas anteriores. Tenemos que volver a retomar eso porque si no vamos a perder espacios competitivos.

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