Edgar Fonseca, editor/Foto: José Cordero, La Nación
En Medellín, epicentro en su momento de la brutal violencia de los carteles del narcoterrorismo, una de las medidas clave para frenar el sicariato fue prohibir la circulación de doble ocupante por moto.
Una decisión urgente, de contingencia, ante una mayor emergencia pública que enfrentaban.
¿Qué esperan las autoridades aquí?
Esa es una de muchas medidas con que las autoridades de Medellín, en coordinación interinstitucional, respondieron para llevar a mínimos históricos la tasa de sicariatos en las últimas dos décadas.
¡Un milagro tras el infierno que vivieron con centenares y miles de víctimas!
Repliquemos la Comuna 13 en los Tejarcillos, Guararíes, Infiernillos, Cieneguitas, y tantas otras barriadas hoy barridas por las mafias narco…
Por supuesto, sin arrollar la democracia ni los derechos humanos, como Bukele.
Vayamos. Empapémonos. Pidamos ayuda.
Enviemos unidades élite. Qué convivan. Qué intercambien. Qué recorran sus calles y barriadas. Qué se refresquen, adiestren y aprendan en las “ligas mayores” de la guerra a los carteles.
Pero no nos quedemos en respuestas policiales, indispensables, por las que claman nuestras comunidades.
Preguntémosle al exalcalde Sergio Fajardo, cerebro de una transformación visionaria, cuáles fueron decisiones clave institucionales hasta reconvertir a la ciudad en un modelo global de innovación, urbanismo, desarrollo sostenible y convivencia en paz.
¿Cómo lo hicieron?
¿Cómo lograron el milagro?
Lamentablemente, aquí, el presidente torpedea el esfuerzo interpoderes para enfrentar esta nueva pandemia.
Nefasto favor a la mayor amenaza pública de nuestro tiempo.
P.D.-Y tiene el desparpajo de pedir 40 diputados