PuroPeriodismo/BBC Mundo
Mauricio Hoyos dice que aún recuerda vívidamente la presión que sintió sobre su cráneo cuando estuvo atrapado en las fauces de un tiburón de más de 3 metros de longitud.
El animal se le había lanzado encima a una velocidad sorprendente, dándole apenas el tiempo suficiente para agachar la cabeza y proteger su yugular.
“Cuando cerró su boca, sentí la presión de la mordida y, luego de lo que creo fue un segundo, abrió la boca y me dejó ir”, le contó Hoyos a BBC Mundo desde su casa en La Paz, Baja California (México), después de más de un mes de recuperación tras el incidente.
Hoyos es un biólogo marino con más de 30 años de experiencia estudiando tiburones en su hábitat natural y, a diferencia de lo que cualquier otra persona estaría pensando después de haber estado tan cerca de la muerte, ya tiene planes de volver al agua antes de que termine el mes.
“La verdad es que mi evolución ha sido increíble”, dice con una gran sonrisa. “De hecho, me dieron el alta y ya tengo viaje para bucear el 14 de noviembre”.
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