Edgar Fonseca, editor
La histórica radioemisora Sinfonola Musical cierra al igual que decenas de emisoras regionales y religiosas a las que se les hizo imposible acceder a los exhorbitantes montos de la subasta de frecuencias que impuso el gobierno.
Un gravísimo golpe a la libertad de expresión, un bien preciado de los ticos, de ahí la indignación y el repudio que desató.
El espectro radial-televisivo a partir de ahora en manos de medios serviles del oficialismo.
Un arrebato autoritario más de quien tiene los días contados en Zapote.
Voraz ansia de poder que ciega al embustero y a su círculo inmediato.
Deriva de abuso y arbitrariedad que tiene al país paralizado y polarizado, cargado de un odio propalado desde los parlantes oficiales.
Enfrentado a todos los poderes e instituciones; enfrentado a los agricultores, enfrentado a las universidades y, ahora, con la codicia confesa de arrasar con medios críticos, independientes.
La Sala IV tiene la última palabra ante esta funesta pretensión de un gobierno en sus momentos finales.
Tortuoso horizonte.
Ojalá este país abra sus ojos en las urnas el próximo 1º de febrero, para luego será muy tarde.
Nos jugamos salvar nuestra democracia de este arrebato autoritario.
Todos somos Sinfonola!
La libertad de expresión es sagrada!





