Edgar Fonseca, editor
Tras el naufragio…
Ni autocrítica, ni paso al costado…
La vida sigue igual?
Queda la impresión que los dirigentes federativos siguen bajo el shock del más humillante capítulo en nuestra historia futbolera.
Pareciera que ello no les permite dimensionar, todavía, la devastación, el daño causado a la imagen, a la reputación de una identidad deportiva que costó décadas forjar.
Dejemos que las aguas bajen, que los ánimos se apacigüen y que haya una cirugía profunda por el bien de una actividad que, como pocas, ata el sentimiento y la visión colectiva.
Se necesitará de sinceridad, de firmeza y transparencia, para, primero, recobrar normalidad y, luego, emerger “nuevos” del desastre, del naufragio.
Ante todo, se necesitará de muchísima humildad.
Por qué no convocar un consejo de sabios, de aquellos que consumaron los más deslumbrantes episodios en nuestra trayectoria futbolera?
Por qué no convocar a exdirectivos, extécnicos, exjugadores, periodistas, observadores y, por supuesto, críticos que aporten con sus experiencias y recomendaciones?
Porque en el fútbol tico hay un antes y un después de Italia 90. Hay un antes y un después de Brasil 2014. Y, sin duda, habrá un antes y un después de este frustrado y funesto pasaje hacia el Mundial 2026.
Hoy no se trata de “business as usual”, como, pareciera, asumen los dirigentes la debacle.
Se trata de un golpe mayúsculo a la credibilidad en su guía y visión y, ante todo, en los pasos que darán para la reconstrucción tras el paso de este huracán.





