Alissa J. Rubin, jefe de corresponsales del New York Times en París, se salvó de milagro tras la caída de un helicóptero en las montañas del norte de Irak mientras auxiliaban a refugiados Yazidis. Sufrió quebraduras en ambas muñecas y una lesión en la frente. Pero fue rescatada y cuenta las peripecias del viaje a la región del Kurdistán y la desesperación de los Yazidis por escapar a las milicias islamistas del ISIS. Cuenta Rubin: “Sentí que el helicóptero golpeó algo; después, alguien dijo que era una roca. Pensé que el piloto enderezarla, pero luego vi el suelo subir. Yo no sabía lo que iba a pasar, pero yo sabía que era malo. Más tarde, alguien me dijo el copiloto apagó el combustible cuando perdieron el control, lo que nos hizo parar. De lo contrario, podría haber prendido fuego y explotar. Cuando caímos, pensé, está bien, estamos en una montaña, se va a deslizar un largo camino antes de que se detenga. Algo cayó sobre mí; Yo no sabía si eran personas o cosas. Entonces la señora Dakhil cayó encima de mí”.