Centenares de migrantes cubanos atrapados en el limbo de su rumbo a EE.UU. pasan la Navidad en Costa Rica, cargados de nostalgia, inciertos de su futuro pero impregnados de un aire de libertad único en sus vidas, dice un informe del periodista José Meléndez del Nuevo Herald de Miami.
Añade: “Cuando el cubano Fernando Pacheco Piñeiro y su familia se reunían en su casa en la ciudad de Ciego de Ávila, en el región central de Cuba, a conmemorar la Nochebuena y la Navidad, siempre abundaba un profundo sentido cristiano, en humildad y con la sencillez del calor entre padres, hijos y otros parientes. La costumbre imperaba en el hogar de Pacheco más allá de prohibiciones, vigilancias y otras tácticas impuestas por el régimen comunista del país para impedir, sancionar o mirar con recelo a las personas que, de una u otra manera, expresaran sus creencias cristianas.
“Pero ahora en Costa Rica tendré mi primera Navidad en libertad”, dice Pacheco, de 34 años, casado, con tres hijos, cirujano ortopédico y uno de los aproximadamente seis mil cubanos que permanecen varados en el norte de Costa Rica por las restricciones migratorias impuestas primero por Nicaragua, en noviembre anterior, y luego por Guatemala y Belice, en diciembre.
“Podré celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo por primera vez en libertad. En Cuba uno vive preso todo el tiempo. Uno solo ha conocido la libertad cuando pisa tierra extranjera”, añade este médico en una entrevista con el Nuevo Herald”.