“Esa era mi Praga comunista”

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Manuel Delgado, periodista *

Yo viví en Praga, con esposa de entonces y mis dos niñas, en pleno comunismo. Gustav Husák era el presidente que nos aburría con sus somnolientos discursos (como yo no entendía nada me aburría menos). Vivía en Bohnice, un barrio clase media del norte de la ciudad en un apartamento de dos dormitorios, sala comedor y cocina. Típico.

Era un barrio hermosísimo, con supermercados cercanos, restaurantes y cervecerías, sus amplios parques, el kínder de mis hijas cruzando la calle, con excelente servicio de transporte público que nos ponía en minutos en el centro de la ciudad.

Yo tenía un poquito menos que lo que todo el mundo: refri, cocina eléctrica, lavadora y otros chunchillos, y una tele enorme y fea, más o manos como la que tenía en San José. En realidad, teníamos las condiciones normales de confort de una familia moderna.


Muchos checos de la época, incluso algunos de mis compañeros de trabajo, tenían casa de campo. La tenía mi sindicato, una hermosísima propiedad llamada Jevany, allí donde Roque Dalton escribió su famoso libro del mismo nombre, con sus bosques y su lago. Una vez al mes, especialmente en invierno, nos íbamos allí. Teníamos transporte y comidas por tres días a un precio muy cómodo. Mis hijas adoraban ese lugar, sobre todo para jugar con la nieve y esquiar en el lago congelado.

Teníamos salud y kínder para las niñas, todo gratis. Y gozábamos de 30 días de vacaciones al año pagados. Nosotros la pasamos dos veces en los Altos Tatras (Visoky Tatry), un parque nacional que hoy es lugar de esparcimiento de los ricos. A nosotros no nos costaba un cinco. Más aún: nos pagaban el mes en que no trabajábamos.

Todo lo de niños (ropa, juguetes, comidas, cine, teatro, juguetes) estaba subvencionado y era baratísimo. Los restaurantes también estaban subvencionados así que muy a menudos comíamos fuera.

No hablaré de la cultura: desde Mozart, y aún antes, Praga fue un envidiable centro cultural.

Esa era mi Praga comunista, donde viví como trabajador, como periodista. ¡Cómo la añoro! (En la foto, con mis niñas en Jevany).