Elecciones, “ruleta rusa” y amenaza a la inversión internacional

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Edgar Fonseca, editor

Todo parece indicar que el país se jugará su destino del próximo cuatrienio en una “ruleta rusa” electoral ese cuatro de febrero venidero. Cualquier cosa puede pasar.

¡Y el disparo puede ser letal!

El “cementazo”, el mayor escándalo de tiempos recientes, la más nefasta herencia de esta primera administración PAC, envenenó el ánimo nacional.

Y –según reflejan los estudios de opinión– no hay propuesta partidista ni de candidato que, a mes y medio de los comicios, cautive o convenza, que apunte a una definición en primera ronda. Todo apunta que vamos a segunda vuelta.

Se estancaron, cuando no se redujeron, las preferencias partidistas y de los distintos aspirantes.

Liberación y su candidato parecen ser los más damnificados, los más atropellados, cuando ven que se les escurre, como el agua de las manos, la sólida ventaja que hasta hace algunas semanas les daba por garantizado el triunfo en primera o en segunda vuelta.

Hoy por hoy se juegan la vida, de pasar a segunda ronda, en medio de la turbulencia, y sin el viento a su favor.

¿En qué ha fallado su campaña?

¿Cuáles han sido sus pecados capitales?

¿Lograrán revertir en las próximas 10 semanas ese incierto rumbo que le señalan los pronósticos?

Esas y muchas interrogantes más deben asediar a sus estrategas mientras el tiempo les apremia.

EL PUSC se metió en la pelea, advierte un respetado analista.

Lo metió la inercia de los acontecimientos porque su respaldo se quedó anclado, inamovible, hace rato ya pero –hoy por hoy– cualquier cosa puede pasar y, al rondar el margen de error, pueden dar la sorpresa.

Y, en este río revuelto, crece la amenaza populista, demagógica, que embriaga a muchos incautos, y a los no tanto, con el espejismo del paraíso prometido.

Y lanzan la amenaza de hasta revocar la concesión de la megaterminal portuaria de Moín un proyecto pronto a entrar en operación.

Y ponen en vilo, así, la más neurálgica obra de desarrollo de las últimas décadas para una paupérrima región caribeña, urgida de fuentes de empleo, como lo está todo el país, urgida de captación de inversión extranjera, como lo está todo el país.

Ojalá exabruptos como estos abran los ojos del país ante la peligrosa “ruleta rusa” en el horizonte.