Exembajador en Washington llama a empresarios a cuidar empleos y al Estado a asumir su cuota de sacrificio

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Edgar Fonseca, editor

El empresario y exembajador en Washington, Tomás Dueñas, llamó al sector empresarial del país a proteger empleos en lo posible en la presente emergencia por la pandemia del coronavirus y llamó al Estado a asumir su cuota de sacrificio.

Dueñas, quien ejerció su cargo durante la administración Arias, 2006-2010, se muestra preocupado por la velocidad de las decisiones oficiales ante la emergencia, aunque es consciente que lo prioritario es la salud de los afectados.

“Es absolutamente prioritario y hay que apoyar todas las mejores medidas posibles para que el virus se controle y que los infectados sean atendidos. Ese es uno de los temas más importantes de solidaridad. Y apoyar al gobierno en ese sentido”, respondió Dueñas quien lideró por Costa Rica en Washington las negociaciones del TLC con EE.UU.

Proteger empleos

-Ante una emergencia inesperada como esta, y desde su experiencia, ¿qué recomendaciones daría a los empresarios para que afronten con cierta sensatez y lógica esta emergencia?

-Lo primero que creo que es la responsabilidad del empresario es la de evaluar, determinar el grado de afectación que esta situación le puede provocar en su negocio y más que todo pensando en los empleados.

Una razón importante para el empresario de existir es la creación de empleo y que eso perdure y que el empleado pueda llegar a hacer una carrera, eso por lo menos es una de las aspiraciones de un empresario serio.

Nuestra prioridad debería de ser determinar en qué forma nos va afectar esto para saber en qué grado afectará o llegará a afectar a nuestro empleado, entonces poder utilizar las herramientas o las facilidades, las condiciones que el Gobierno está ofreciendo por medio del sistema bancario y el Ministerio de Hacienda, etc., para ver en qué forma podemos nosotros subsistir y de no dejar de atender el desempleo que se puede crear.

La segunda es que también deberíamos de solidarizarnos nosotros como empresarios y ojalá el Estado también, ante todo, con los informales, porque esa pobre gente está completamente desconectada de las medidas, no son sujetos de crédito, no pagan impuestos, muchos de ellos no están pegados a la Caja. Esa gente va a quedar en un desamparo total y va terminar posiblemente viviendo de la caridad. Este es un momento de solidarizarse con ellos.

Y por último, es un momento también de pedir (al Estado) que asuma una cuota de sacrificio que le corresponde.

No es posible, no es aceptable que se pidan sacrificios de reducción de jornadas, de que no se puedan abrir negocios, más bien que haya que cerrar negocios y tratar de mantener a nuestra gente empleada, cuando en el Estado hay 300 y pico de instituciones que la mitad deberían de cerrar del todo.

Tenemos a los empleados públicos que son inamovibles, que están protegidos por convenciones colectivas y por sindicatos y ganan 2 o 3 veces más que un empleado en el sector privado.

Eso es una bomba de tiempo, y, si el Estado no asume la responsabilidad que le corresponde, que es reducción de jornadas, reducción de salarios y cierre de servicios no esenciales, aquí estamos entonces pidiendo a gritos una conmoción social que no me gustaría que sucediera.

Hay incertidumbre

-¿Cómo ve usted este momento que está atravesando el país, particularmente el sector empresarial y posibles efectos para el sector productivo?

-Lo veo en términos de incertidumbre, tenemos una incertidumbre muy grande, para comenzar, sobre la enfermedad, de cómo se combate con efectividad, de cuánto tiempo pase antes de tomar o antes de tener la enfermedad bajo control y por otra parte la incertidumbre que ha causado la interrupción de la cadena global de suministros que ahora ha puesto en peligro a muchas industrias aquí en el país, inclusive algunas en peligro de desaparecer, otras las van a poner en situaciones muy precarias como el turismo, que ya está creando desempleo en el mundo.

Lo principal aquí es que hay que destacar la incertidumbre tanto sobre la enfermedad, como la incertidumbre sobre las consecuencias económicas, sociales y cuidado hasta políticas que pueda llegar a provocar.

Me preocupa la velocidad de las medidas

-¿Cómo ha visto las primeras medidas adoptadas por el gobierno y la Asamblea Legislativa para enfrentar esta emergencia?

-Para comenzar, aquí en Costa Rica, hay que recordar que estamos viviendo una seria crisis económica, estamos pasando por una recesión, tenemos un alto desempleo, hay una gran informalidad, casi 50% de los trabajadores en el sector privado son informales y el Estado tiene una capacidad limitada de reacción.

Me ha preocupado un poco la velocidad con que se han tomado medidas, porque ciertamente tenemos poca o limitada capacidad para reaccionar, especialmente económicamente hablando y, ciertamente, no es el momento para darnos el lujo de tomar medidas sin contemplar nuestras capacidades.

Me refiero que no todo el mundo necesita la misma ayuda. Por ejemplo el turismo es prácticamente el más afectado y aquí hay una cadena muy larga de gente que depende del turismo, los informales incluidos, y hay quienes no necesitarían verdaderamente grandes ayudas como lo es el caso de la agricultura y que va dirigida al consumo local, pues porque todo el mundo va estar consumiendo mucho más que antes, de manera de aquí tenemos que priorizar las formas en que vamos a ayudarle a los más necesitados, porque esto puede provocar una tragedia económica y social muy grande, por ejemplo en el caso del desempleo que ya se está produciendo.

No hay que olvidar que el 50 % de la economía son informales, esta gente no está conectada al Gobierno en forma alguna, cómo le vamos a llegar a esa gente, cómo les vamos a ayudar a los que están siendo despedidos en este momento de empresas que están sufriendo ya y luego también tenemos que tomar una decisión sobre la cuota de sacrificio que debe asumir el Estado.

Fortalecer enlaces con EE.UU.

-Siendo Estados Unidos nuestro primer socio comercial en exportaciones, en turismo, entre otros rubros, y estando siendo sacudido fuertemente por esta crisis. ¿qué estrategia le recomienda usted al gobierno a seguir en la relación inmediata con EE.UU.?

-Eso es una pregunta difícil de contestar en este momento, puesto como usted sabe muy bien, los Estados Unidos está lidiando con una emergencia nacional, están tratando de controlar esto lo más que se pueda, pero todavía no han tenido gran éxito, a pesar de que se han tomado medidas importantes para inyectarle a la economía casi 2 trillones de dólares, pero la bolsa de valores de Nueva York se desplomó 25 a 30% la semana pasada y pues ellos tienen sus dificultades. En este momento creo que lo sensato del Gobierno es asegurarse de que los enlaces que tenemos comerciales con los Estados Unidos se mantengan, seguir proveyéndole seguridad jurídica y de suministro a las zonas francas para que continúen sus exportaciones hacia los Estados Unidos, asegurarse de que las exportaciones agrícolas continúen, tratar de que todo el sistema de exportación es el momento para ponerle muchísima atención y de asegurarse de que esta situación no interrumpa las exportaciones hacia Estados Unidos, ya que es de esperar que las inversiones, por el otro lado, de los Estados Unidos hacia Costa Rica se vayan a paralizar hasta que la economía americana no se haya recuperado.