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Edgar Fonseca, editor

Una fría decisión burocrática precipitada desde la CCSS en medio de la mayor emergencia sanitaria del siglo.

Congelar la vacunación contra la covid-19 por 15 días, de previo y durante Semana Santa, relativamente razonable en esta última, por el éxodo.

La indignación pública no se hizo esperar.

El presidente no tuvo de otra y dejó al descubierto una estrategia que retrasa y no acelera masificar la vacunación.

Cambio de marcha forzado.

Por eso no hay encuentro en estos momentos en el país donde no salte la pregunta del millón: ¿y a vos ya te llamaron de la CCSS para vacunarte?

¿Y saben cuál es la respuesta frecuente?

A ese ritmo la tal “inmunidad de rebaño” quedaría para el día del Juicio Final.

Así no hay imagen pública que aguante.

Mientras tanto…

A no muy larga distancia, en El Salvador, un depredador de libertades y de voluntades da otro golpe de efecto y negocia un millón de dosis inmediata de remedios chinos.

No le importa si han sido probados o no.

Lo que le importa es embobar a su gente como lo acaba de hacer en las elecciones legislativas.

No le importa los sospechosos resultados de las pócimas anticovid chinas en naciones como Chile, donde ya han vacunado a 6.5 millones de gentes pero la pandemia va de mal en peor: más de 7 mil casos diarios para un total de 984.484 de contagios confirmados al lunes 29 de marzo y los casos activos suman 42.509, la cifra más alta en toda la emergencia, informa El Mercurio de Santiago.

¿Por qué será se preguntan los chilenos afligidos?