Edgar Fonseca, editor
Vacía, vengativa, destructiva, la gestión del presidente Chaves se hunde cada día más.
Su más reciente arrebato, renunciar a sus proyectos legislativos en seguridad por la carencia de apoyo en el Congreso.
En medio de la brutal ola de criminalidad que azota al país, desiste de impulsar su agenda y, por supuesto, de tender puentes de acuerdo con la oposición.
Su más reciente arremetida termina de dinamitarlos.
Advierte que se dedicará al recuento de muertos los miércoles en ese remedo de conferencia de prensa, que, conforme evidencian las más recientes y solventes encuestas, de poco o nada le están sirviendo en el cuido de la imagen.
El apoyo público a su gestión se desplomó 28% en 15 meses.
Y la desconfianza que el mandatario y su gobierno resuelvan la emergencia de la inseguridad es arrolladora: 69% no lo cree, según la más reciente encuesta CIEP-UCR.
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Además, 71% estima que la corrupción se disparó en los últimos 12 meses, en medio de los escándalos que enfrenta el gobierno por el financiamiento de campaña y las multimillonarias pautas del Sinart.
Son cifras nada despreciables.
En ese contexto y sabedor que sus planes legislativos no tienen futuro, por cuestionadas transgresiones legales, constitucionales, el gobernante renuncia, desconvoca los proyectos, y culpa de lo que ocurra de aquí en adelante a la Asamblea Legislativa y al Poder Judicial.
Un olímpico paso al costado.
El retrato de la frustración de alguien que creyó que, trepado en el poder, nada le impediría consumar sus objetivos.
No previó el poder del contrapeso de las instituciones legislativas, judiciales, administrativas.
El presidente no renuncia a una agenda cualquiera.
Renuncia a cumplir sus responsabilidades constitucionales frente a la mayor emergencia nacional de las últimas décadas.
El presidente no será ajeno a las consecuencias.
Don Edgar. Creo que el mandatario, al “tirar la toalla” alzar la voz, como es habitual en él, lo que hizo fue una maniobra muy inteligente para convencer a sus seguidores de que sus propósitos para luchar contra la delincuencia, chocaron contra los diputados opositores. De esa forma, se quita de encima una pleito y hace feliz a sus millones de seguidores, incluidos los de Vietnam.