Un paso atrás para la humanidad

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Carlos Francisco Echeverría, exministro de Cultura

La evolución de las especies no se detiene. La nuestra no es excepción. Aunque nuestra evolución biológica esté relativamente detenida (no del todo, según la epigenética) seguimos evolucionando colectivamente, como sociedades y como civilización.

En los últimos dos siglos nos hemos multiplicado y hemos aumentado sustancialmente nuestra expectativa y nuestra calidad de vida, gracias a la ciencia, la tecnología y los avances en la organización social.

La democracia, que los griegos inventaron hace 2500 años y luego vieron sucumbir, afloró y prosperó en Occidente en las últimas centurias.

Tal vez confiamos demasiado en que eso duraría para siempre.

La elección de Donald Trump lo pone en duda.

Es muy significativo que la mayoría de los ciudadanos de la democracia más antigua del mundo votara por un demagogo de clara vocación dictatorial.

Aristóteles dijo que la democracia degenera en demagogia, y esta en tiranía. Lo estamos viendo ocurrir ante nuestros ojos.

Por la magnitud y el poder de los Estados Unidos, eso impacta a toda la humanidad.

Las primeras víctimas serán los pobres y los inmigrantes de esa nación, pero los efectos de la política económica, militar y sobre todo ambiental de Trump afectarán a todo el planeta.

Se diría que nuestra especie, tal como se expresa en uno de sus principales subgrupos – la población estadounidense – no está en condiciones de asegurar su propia estabilidad, e incluso tal vez su supervivencia.

Globalmente, estamos llegando a los límites de nuestra capacidad. Como especie, somos menos inteligentes que lo que creíamos. Tal vez nos queda grande el apelativo homo sapiens.

Cómo me gustaría poder cerrar este comentario en una nota positiva. Esta vez no lo logro.

Fuente: Facebook