Costa Rica tiene en Medellín un modelo cercano y muy exitoso para combatir la inseguridad/Es líder en innovación y desarrollo sostenible tras superar el infierno de la guerra y el narcoterrorismo

57
  • Comunidades tomadas por el narco, los sicarios y la guerrilla fueron retomadas por sus habitantes en un esfuerzo interinstitucional y sectorial. ¡Sí se puede!
  • No se necesita de 100 mil presos bajo cadena perpetua, sin sentencia judicial, ni devastar el sistema institucional, como hizo Bukele, para atacar la inseguridad

Edgar Fonseca, editor/Foto PuroPeriodismo/Un moderno telesférico comunica con las Comunas en zonas marginales

Medellín-El vuelo del aeropuerto Santamaría hasta el aeropuerto José María Córdova en Rionegro, Medellín, dura una hora y 45 minutos.

Tras bordear la costa Caribe sur tica y Panamá, la nave de Avianca alcanza espacio aéreo colombiano y muy pronto un centelleo infinito de luces anuncia la llegada, de noche, a las proximidades de Medellín.

Del aeropuerto a la capital del departamento de Antioquia, el recorrido se hace por modernas vías que incluyen dos extensos túneles, uno de ellos el de Oriente, de 8,2 kilómetros, el segundo más largo de Sudamérica.

Volvemos tras 19 años de nuestra primera visita.

En sus calles, en su ambiente, en sus gentes, hoy se siente, se palpa, un profundo aire de transformación.

Se siente en su vibrante actividad económico-comercial.

En su fluido y moderno sistema vial y de transporte público.

En el metro, único en Colombia.

En el telesférico que integró, con un profundo impacto social, a decenas de “comunas” o barriadas marginales desparramadas en sus lomas.

Ese ambiente empapa la extemida “Comuna 13”, que recorremos una tarde, casi de noche.

Por décadas, aquel lugar fue bastión inexpugnable del crimen organizado, de guerrilleros y de paramilitares.

Una fortaleza del sicariato.

Hoy, cual “mercado persa”, es un emporio de emprendimientos y de negocios para sus vecinos y un imán de turismo.

Aquel ambiente se extiende a las veredas y zonas rurales que recorremos bajo absoluta seguridad, como también lo hacemos en el centro de la ciudad de día o de noche.

Viajamos hasta el lago Guatapé, a 80 kilómetros de Medellín.

En sus orillas se pueden apreciar las ruinas de las mansiones del capo Pablo Escobar.

Son testigos silenciosos de una era de opulencia y decadencia del más brutal imperio narcoterrorista que asoló a Colombia y al mundo.

“Medellín el epicentro de la innovación de Colombia”, “Contágiate del orgullo paisa”, “Epicentro de emprendimientos tecnológicos”.

Vallas con estos y otros mensajes son parte del entorno de una ciudad que hoy es modelo mundial de innovación y de apuesta por el desarrollo sostenible tras sufrir, hasta hace tres décadas, la embestida del narcoterrorismo, de guerrillas y paramilitares, con centenares y miles de muertes en sus calles, municipios y veredas.

Hoy se respira y se disfruta de un entorno seguro, que nos lleva a pensar, cuánto tiene que aprender Costa Rica, de experiencias como las de esta pujante urbe colombiana, en medio de la gravísima ola de inseguridad que atravesamos. /Ver apuntes adjuntos

Modelo mundial tras salir de un infierno

Medellín, con 2,5 millones de habitantes, logró superar el infierno de ser catalogada como la ciudad más violenta del mundo, con 416,4 muertes por cada 100 mil habitantes, en 1991.

Es un cifra que permanece anclada, como un recuerdo tenebroso.

La violencia, la criminalidad, la extrema pobreza u otras lacras sociales tampoco han desaparecido.

La más reciente tasa de homicidios registra 11,3 casos por cada 100 mil habitantes.

Y la inquietan otros fenómenos delictivos.

En el aeropuerto un rótulo advierte graves sanciones a quien incurra en explotación sexual de menores.

La severidad de dicho mal queda en evidencia durante un recorrido nocturno en una de sus barriadas, Provenza, descrita como el más “grande burdel” a cielo abierto.

Una organización independiente registró 714 víctimas de explotación sexual entre 2020 y 2022, según la agencia AFP.

“La mujeres mueven el turismo aquí en Medellín porque los hombres vienen a Colombia a buscar mujeres y a drogarse”, dijo a dicha agencia Milena, una de las muchas trabajadoras sexuales que se para en la calle 10.

Pero la ciudad ya no es vista ni reconocida por su oscuro pasado, sino por tres factores fundamentales: urbanismo, seguridad e innovación, resalta el sitio Infobae.

En 2013 fue galardonada como la “más innovadora del mundo” según la organización estadounidense Urban Land Institute.

Estigmatizada en el pasado por la violencia y conocida en décadas anteriores por ser bastión de un poderoso cartel de las drogas, venció a Tel Aviv (Israel) y Nueva York en la obtención del primer puesto del concurso de la Ciudad del Año, destacó BBC.

Es un caso inspirador para muchas ciudades en el mundo. Es una ciudad que saltó de un miedo colectivo profundo, a la esperanza de una vida urbana y social entusiasta con calidad y convivencia, ratifica el grupo CityMakers, conglomerado de arquitectos con proyectos en Barcelona, Medellín y Róterdam.

El alcalde visionario que transformó la ciudad

El exalcalde Sergio Fajardo, un científico, doctor en matemáticas, que irrumpió independiente en la arena política, y gobernó la ciudad de 2003 a 2008, es quien mejor encarna esa transformación.

“Hicimos “urbanismo social”, que es la intervención urbana en zonas donde teníamos la mayor pobreza, la mayor cantidad de violencia, las mayores desigualdades y necesidades. Eso significaba que actuábamos en múltiples frentes. Siempre donde yo esté estará la intervención en educación. Hacíamos intervenciones comunitarias, por ejemplo, con los centros de emprendimiento zonal, donde están las locales más informales, red de microcrédito, formación de las personas que están en ese territorio”, reveló como una de las claves del giro que experimentó esta ciudad, en entrevista al sitio DFSud.

“El mundo del crimen organizado no ha desaparecido. Pero las circunstancias actuales en la ciudad de Medellín, son totalmente distintas y opuestas a lo que fueron hace 20 años o 30 años atrás. Medellín se ha transformado, ya no es parte de las ciudades más violentas de la tierra como fue en su momento. Estuvo en esa lista. Hoy no está entre las ciudades más violentas. Medellín es un ejemplo de transformación. Falta por hacer cosas, se necesita perseverar en los cambios, pero Medellín es otra ciudad”, reconoció en entrevista con el sitio Ex-Ante de Santiago de Chile.


Breves apuntes tras una reciente visita:

-Medellín demuestra que sí se le puede ganar la guerra a las mafias del crimen organizado y del narcotráfico.

-Se requiere de respuestas estratégicas interinstitucionales, intersectoriales. Ni estados de excepción o vulnerando derechos ciudadanos como en El Salvador.

-Las ocurrencias, las improvisaciones o bravuconadas avivan el fuego.

-La empresa privada, iglesias y universidades deben sumar esfuerzos.

-Unidades élite de Fuerza Pública y OIJ deberían empaparse en las calles de esta urbe colombiana de cómo neutralizar al sicariato.

-El programa “Sembremos Seguridad”, que auspicia la embajada de EE.UU. en San José, debe ser replicado, con contundencia, a lo largo y ancho del país, especialmente en las zonas más vulnerables.

-Pero se requiere de líderes visionarios, como el exalcalde medellinero Fajardo, para dar un vuelco radical al estado de cosas.

He aquí mi gran inquietud al dejar el aeropuerto de Rionegro de regreso a San José y arribar a un país sumido, más que nunca, en la polarización, el enfrentamiento y el antagonismo mientras la guerra del narcoterrorismo apremia.

Deja un comentario