Leila Fadel, reportera de la cadena estadounidense NPR News, narra desde El Cairo el ambiente que se siente y se huele en una mesquita convertida de la noche a la mañana en una gigantesca morgue para albergar más de 200 cadáveres tras la masacre del miércoles. Puro Periodismo recomienda su relato, propio de ese reporterismo que busca  ángulos diferentes de acontecimientos cargados de violencia, drama y riesgos com o este. La reportera hace ver lo que allí se palpa por medio de su testimonio directo y de los familiares de las víctimas. Dice Fadel: “Después de que el derramamiento de sangre, viene el dolor.Un hombre llora mientras observa hilera tras hilera de cadáveres. Algunos están completamente quemados. “Todos ellos son mis hermanos”, exclama.Cerca de allí, unos hombres metódicamente rompen  bloques de hielo en dos ataúdes dentro de la mezquita de El Cairo. A continuación, los colocan bajo los cuerpos para evitar que se descompongan.Pero aún así el olor nauseabundo de la muerte está en el aire.Voluntarios queman incienso y esparcen spray ambientador para enmascarar, pero sólo se suma a la atmósfera sofocante.Dondequiera que mire familias claman en el dolor. Más de 200 cuerpos están siendo preparando para ser enterrado aquí, en la mezquita de El-Iman.Estos cadáveres fueron traídos a este lugar después de que el campamento principal para los partidarios Morsi fue evacuado por la fuerza e incendiada por las fuerzas de seguridad la noche del miércoles. Las llamas iluminaron el cielo de la noche y el jueves, cenizas todavía arden.Las familias que se preparan para enterrar a los muertos dicen que han estado enfrentando obstáculos. Necesitan un certificado emitido por el gobierno con la causa de la muerte. Reclaman que el Estado está presionando a los familiares para decir a las víctimas se suicidaron o murieron por causas naturales”.

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