No la queremos en Ecuador.
Ese fue el mensaje de los funcionarios del régimen del Presidente Rafael Correa a la periodista y activista Manuela Picq, de origen franco-brasileño, detenida en medio de crecientes protestas públicas contra el gobierno y a quien no le quedó más que dejar el país luego de que le revocaron la visa de permanencia, informa el diario El Comercio. La periodista dejó Quito ayer.
Añade la crónica de El Comercio: “Estoy en un limbo jurídico porque no me deportan ni tampoco me dan visa y me dicen que hice cosas prohibidas, el participar en una actividad política según (Ricardo) Patiño”, comenta. Manuela Picq siente que aparentemente le acusan de un delito de opinión. “No es un delito pensar ni opinar y menos amar. Soy castigada por ser la pareja de Carlos. Estoy perdiendo la ciudadanía universal que Ecuador garantiza a ecuatorianos y extranjeros, los derechos constitucionales porque los extranjeros tenemos los mismos derechos que los ecuatorianos”.
