El ejercicio del periodismo independiente en Nicaragua sufre un entorno de restricción y agresión del régimen del presidente Daniel Ortega, denuncia un informe del diario La Prensa de Managua.
“Desde enero de 2007, cuando Ortega retomó el Ejecutivo y la primera dama, Rosario Murillo, la secretaría de Comunicación, se planteó una estrategia de comunicación que difunde la información únicamente a través de los medios afines a la familia presidencial para evitar la “contaminación del mensaje””, aseveró el periodista Alfonso Malespin, citado por La Prensa.
El informe de los periodistas Octavio Enriquez y Leonor Álvarez añade: “La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció en marzo pasado que la libertad de expresión se deterioraba a medida que se consolidaba un gobierno autoritario, que “controla todos los poderes del Estado, las municipalidades, Policía y el Ejército”: en octubre pasado advirtió sobre la concentración de medios en poder del gobierno.
“Periodismo dividido y confrontado”
Guillermo Cortés Domínguez, profesor y periodista, dijo que lo lamentable de la situación actual es que el periodismo en Nicaragua está dividido, confrontado y limitado en su función informativa.
“Por un lado, los periodistas oficialistas y oficiosos, disfrutan en una burbuja de bienestar y seguridad material, repitiendo el discurso oficial, sin ninguna oportunidad real de decir algo propio; por otro, periodistas cohibidos, temerosos, amedrentados, cabizbajos, que forzadamente siguen la línea oficial, y que de vez en cuando pueden tener un enfoque crítico; en un tercer lado, están los periodistas asalariados de los medios opositores y críticos al gobierno, con bienestar material y una amplia agenda informativa; y finalmente, periodistas independientes, críticos del gobierno, expuestos a que en cualquier momento los hiera ‘La Espada de Damocles’”, describió Cortés.