Miguel H. Otero, El Nacional, Caracas

Lo que se juegan los venezolanos de todas las tendencias durante estos 90 días es la definición del futuro nacional.

O sea, que más allá de la disputa electoral entre Maduro y Machado, lo que verdad ocurrirá durante estas semanas y la noche del 28 de julio es la materialización de un dilema muchísimo más trascendente.

Si bien todo indica que por la buenas Maduro perdería la Presidencia en las urnas, también es preciso señalar que solo por las malas podría evitar su derrota.

Si finalmente se resigna a aceptar esta ingrata realidad, Venezuela iniciaría en los próximos meses una etapa de fuerte recuperación democrática y de bienestar económico y social; si en cambio opta Maduro por encerrarse en su propia obsesión por conservar el poder a toda costa y decide imponer su voluntad a la fuerza, se iniciará en Venezuela una dictadura simple y dura, como la de Nicaragua.

Eso es lo que lo venezolanos se juegan en esta encrucijada. Nada más, nada menos.

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