Edgar Fonseca, editor/Foto Cindy Regidor, Confidencial, Managua

El empresario Alfonso Robelo Callejas quien fuera uno de los líderes de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua, tras la caída de la dictadura de Somoza en 1979, ve triste el rumbo de la vecina nación.

Robelo, de 80 años, asentado desde hace 40 en Costa Rica, y con doble nacionalidad nicaragüense-costarricense, integró temporalmente aquella junta de gobierno de la que salió tras chocar con el rumbo autoritario del Frente Sandinista encabezado por Daniel Ortega.

Un reciente informe del sitio Confidencial.com de Managua identifica a Robelo como uno de los primeros empresarios nicas en el país “uno de los pocos inversionistas nicas en Costa Rica dispuesto a contar de su vida y de sus negocios en el café y el azúcar”, cita el reportaje de la periodista Cindy Regidor.

Alejado de la actividad política de su país dice estar desencantado con el rumbo de las cosas bajo el régimen de Ortega y su esposa Rosario Murillo.

“Me desencanté de la política nicaragüense, sí; de la política, en general, no”, dice, a la vez que admite que le entristece el rumbo que Nicaragua ha tomado, consigna Confidencial que presenta un amplio informe del masivo flujo de migrantes nicaragüenses que alcanzó 80 mil ciudadanos en los últimos dos años debido a la represión del régimen.

La represión desatada en abril y la sangrienta Operación Limpieza, causaron estragos a la economía en 2018 y 2019, que obligaron a más de 80 mil ciudadanos a desplazarse hacia Costa Rica. Uno de los  flujos migratorios más grandes en la historia de ambos países, provocado por razones políticas, destaca el reporte de dicho medio.

Un pionero

Uno de los pioneros de los empresarios nicas en Costa Rica es Alfonso Robelo Callejas, también una de las figuras políticas relevantes en la historia reciente nicaragüense, quien fuera miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional en 1979 y líder de la Contra, y un destacado empresario de la agroindustria que decidió invertir su capital en Costa Rica, donde ya lleva casi 40 años de vivir, reseña el informe.

Robelo nos recibe en su casa en Escazú, uno de los barrios más caros de San José. De carácter amable y abierto, cuenta su vida entre los dos países.

Su historia en este país empieza a mediados de la década de 1940, cuando sus padres decidieron migrar a Costa Rica, donde cursó parte de su primaria. Regresó a Nicaragua a terminar su secundaria y luego se fue a Estados Unidos a la universidad. De vuelta en Nicaragua, desarrolló negocios agrícolas y agroindustriales en occidente y fundó en Chinandega la empresa Grasas y Aceites SA (Gracsa).

“Llegué con una mentalidad distinta”

A finales de los 70, Robelo era uno de los principales líderes gremiales del sector privado y durante la crisis de la dictadura de Somoza fundó en 1978 el Movimiento Democrático Nicaragüense (MDN), un partido socialdemócrata que agrupaba a empresarios, profesionales y ciudadanos de clase media opositores del somocismo, que formó parte del Frente Amplio Opositor (FAO). “Tradicionalmente, había un bipartidismo: los conservadores y los liberales. Yo llegué con una mentalidad un poco distinta. Era un movimiento que quería unir y trabajar con todas las clases, borrando conservadores y liberales, borrando ricos y pobres, pensando en el beneficio de Nicaragua”.

Alfonso Robelo
Alfonso Robelo fue parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional en 1979. En la fotografía aparece junto a Sergio Ramírez, Daniel Ortega y Violeta Barrios, miembros de la Junta.

El cambio sandinista lo espantó

Pronto tuvo que volver a Costa Rica, esta vez como exiliado político, junto a decenas de otras figuras de la lucha antisomocista. Regresó a Nicaragua en 1979 ya como miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que asumiría el poder tras la caída de la dictadura de Somoza producto de la insurrección popular. Sin embargo, el cambio que se avecinaba no era el que Robelo ni muchos otros esperaban. El proyecto político que el Frente Sandinista impuso alejó a varios miembros de la Junta, incluyendo a Robelo. “El Frente Sandinista tenía claramente su proyecto muy definido y era un proyecto de monopolizaba todo, que todo lo controlaba y que tenía un movimiento de una izquierda no democrática”, explica.

Su pronta disidencia con el Frente Sandinista le trajo atentados contra su vida que recuerda con claridad: un accidente automovilístico provocado por el corte del eje del carro en que viajaba, un grupo de fanáticos enfurecidos que atacaron y apedrearon su casa en Managua y hasta una bomba que estalló en el vehículo en que se movilizaba en San José, Costa Rica, donde se tuvo que exiliar nuevamente en la década de 1980.

De vuelta en Costa Rica, fundó la Alianza Revolucionaria Democrática (Arde), junto a Edén Pastora, movimiento armado antisandinista. Más tarde formó parte también del directorio de la Resistencia Nicaragüense hasta que renunció a su cargo en 1988.

Alejado de la política

Actualmente, se encuentra alejado de la política y no ha regresado a Nicaragua más que de visita. “Me desencanté de la política nicaragüense, sí; de la política, en general, no”, dice, a la vez que admite que le entristece el rumbo que Nicaragua ha tomado.

Su última participación en política fue en la década de 1990, cuando sirvió como Embajador de Nicaragua en Costa Rica, bajo el Gobierno de Violeta Barrios. En ese tiempo fue secuestrado en la embajada por unos hombres que pedían 50 mil dólares de rescate. Finalmente, la presidenta Barrios pagó 25 mil y los rehenes salieron ilesos.

Este nicaragüense- costarricense de 80 años tiene también una larga trayectoria como empresario y es uno de los pocos inversionistas nicas en Costa Rica dispuesto a contar de su vida y de sus negocios en el café y el azúcar. Cuenta que cuando llegó había otros empresarios nicas, pero muy pocos, la mayoría en la zona de Guanacaste.

“He sentido mucho mi formación de empresario y he tenido éxito. La base del éxito ha sido tratar a los trabajadores bien, con buenos salarios, con mucha amistad, con mucho compañerismo. Yo hoy en día todavía tengo una finca de café. Tenemos también un ingenio. El ingenio Taboga”, revela.

Asentado de forma permanente en este país, Robelo se enorgullece de haber cultivado una doble nacionalidad. “Tengo pasaporte nicaragüense, pasaporte costarricense y me duele cuando Costa Rica pierde en fútbol, me duele cuando Nicaragua pierde en béisbol. Mi esposa es costarricense, mis hijos son nicaragüenses y costarricenses. Hay una nacionalidad muy sabrosa, muy compartida. Lo único es que, cuando hay dificultades entre los dos países, ahí me siento más bien preocupado, ¿verdad?”.

Ver: Confidencial, Managua, Cuatro rostros de la comunidad nica en Costa Rica