“El cajón fue enterrado. El dolor será eterno”

El silencio y la tranquilidad de la última misa y con el féretro finalmente lejos del ruido de la Casa Rosada contrastó con las horas previas, de tensión, incidentes y un pueblo desbordado de angustia

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Especial PuroPeriodismo/Diario Olé, Buenos Aires/Foto Juano Tesone, Clarín

Duele. Muchísimo. Pero la noticia no tiene vuelta atrás: Diego Armando Maradona ya no está. O sí, vaya uno a saber por dónde descansa su alma. Pero su cuerpo fue enterrado en un cementerio de Bella Vista, en una ceremonia íntima, luego de una congregación popular inédita. Cuesta, sí. La vida no será la misma para nadie. Diego dejó una huella en el pellejo de millones de futbolero. Hasta siempre, genio, relata el sitio Olé de Argentina sobre el funeral del astro futbolero argentino y una de las más polémicas estrellas del fútbol mundial.

Dejó la tierra

Así, este jueves 26 de noviembre dejará imágenes que recorrerán el planeta durante muchísimo tiempo. Argentina despidió a su ídolo más popular, a su más trascendente figura viva del último siglo. Diego Maradona dejó la tierra en la que se convirtió en Dios para pasar a la eternidad y jugar un picado con el Barba. La angustia del pueblo desbordó su último adiós (sumado a falencias organizativas), el velorio fue un caos y el cortejo de Pelusa fue un torbellino que sólo encontró paz cuando llegó al cementerio Jardín de Bella Vista. Ahí donde ya estaban Don Diego y la Tota. Y donde ahora también descansa el mejor de todos los tiempos, reseña Olé.

El silencio y la tranquilidad de la última misa y con el féretro finalmente lejos del ruido de la Casa Rosada contrastó con las horas previas, de tensión, incidentes y un pueblo desbordado de angustia por la despedida de su gran ídolo. Esos minutos en el césped del parque donde se realizaba la ceremonia religiosa fueron, finalmente, los que sus familiares se guardaron para ellos. Para que sus más cercanos, los que sufren que se fue el Diego de la gente pero también el de la casa, el papá, el marido, el ex, el hermano, puedan también despedirlo en paz.

Al llegar al cementerio, el féretro fue trasladado a una carpa blanca rectangular al aire libre para una breve ceremonia religiosa, oficiada por un sacerdote que esperó la llegada de unas cuarenta personas, entre familiares y amigos. Ahí estaban sus tres hijas Dalma, Gianina y Jana; su ex esposa, Claudia Villafañe, y su ex pareja Verónica Ojeda, entre otras personas de su círculo más cercano.

Ver: diario Olé, Buenos Aires