Edgar Fonseca, editor
Una médico-cirujano de la CCSS gana ¢18 millones mensuales, 280% más que el salario presidencial.
¿A eso llaman Estado Social de Derecho?
Y los megasalarios de gerentes bancarios, de magistrados, de alcaldes vitalicios…
Y las vergonzosas pensiones de lujo….
¿A eso llaman Estado Social de Derecho?
Y las convenciones abusivas en instituciones obsoletas, ineficaces, al borde del colapso o que solo refinan precios…
¿A eso llaman Estado Social de Derecho?
¿Verdad que con o sin FMI, alguien debe poner orden?
¿Verdad que no hay Estado Social de Derecho que aguante a este ritmo de pluses y de granjerías?
¿Verdad que no hay orden fiscal posible de mantenerse estos desajustes, estos disparates salariales?
¿Verdad que llegó la hora?
¿O es que habrá algunos interesados –en defensa de sus privilegios–, en hacer recorrer al país por los abismos de Grecia o Argentina, parias de la comunidad financiera internacional?
No pocos se rasgan sus vestiduras en nombre de ese sacrosanto Estado Social de Derecho.
No pocos se rasgan sus vestiduras a nombre de una sacrosanta soberanía.
Pero los Calderón Guardia, los Mora Valverde, los Sanabria Martínez, los Figueres Ferrer se deben remecer al saber que el sector salarial público se convirtió en un lucrativo botín gremialista… con sueldos y pensiones de hasta ¢18 millones mensuales.
Un botín que refleja y acrecienta odiosas diferencias en todo el aparato estatal, ni qué decir con el sector privado.
¿Verdad que llegó la hora de que nos pongan en orden?
