Díaz-Canel fue por lana a México y regresó trasquilado a La Habana

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Especial PuroPeriodismo

Yoani Sanchez, 14ymedio, La Habana-Todo parecía estar saliendo según el guion trazado en La Habana. Miguel Díaz-Canel había sido recibido con todos los honores por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y el espaldarazo iba a completarse con el relanzamiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac). Pero poco antes de concluir la visita oficial, algo se torció.

En el amplio salón repleto de mandatarios, poco duró el barniz de gobernante democrático con el que el ejecutivo mexicano trató de cubrir a Díaz-Canel, a la carrera. No aguantó nada. Bastó que el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, mostrara su preocupación porque en Cuba, Venezuela y Nicaragua “no hay una democracia plena”, para que el secretario del Partido Comunista dejará a un lado el personaje que intentaba representar.

Nada acostumbrado a que otra persona, con un micrófono en la mano, lo cuestione, el ingeniero, por el que nadie votó en las urnas, desplegó su oxidada retórica. En lugar de aceptar las críticas, anunciar que lo ocurrido el 11 de julio abría un camino de cambio democrático ineludible y urgente, o aprovechar el momento para anunciar una amnistía de los presos políticos, prefirió apelar al lastimero discurso de culpar a otros de la falta de libertades en la Isla.

PuroPeriodismo: 14ymedio, La Habana