Edgar Fonseca, editor/Foto Zoom PuroPeriodismo
Un eventual triunfo del expresidente Donald Trump, en las elecciones del martes 5 de noviembre, podría conllevar, en el caso de Costa Rica, a verse sometido su gobierno a “presiones mucho más descarnadas”, para que siga ciertas posiciones de la nueva administración bajo amenaza de sanciones si no cumple.
“No es lo mismo discutir con un aliado y llegar a acuerdos que sentirse presionado para que uno cumpla, y si no, se puede ver sometido a sanciones”, advirtió el periodista y diplomático, Eduardo Ulibarri Bilbao, exembajador de Costa Rica ante la ONU, (2010-2014).
Así lo expuso durante un conversatorio Zoom Facebook Live compartido con el catedrático UCR, Dr. Carlos Murillo Zamora, y este editor, ayer miércoles 30 de octubre, de cara a las disputadas elecciones entre el expresidente y la aspirante demócrata, vicepresidenta Kamala Harris.
Ambos coincidieron en las eventuales presiones para el gobierno de Costa Rica, sea cual sea, de tomar las riendas Trump y sus posibles impactos en el ámbito de las relaciones comerciales, hasta un eventual replanteamiento del Tratado de Libre Comercio vigente entre EE.UU., Centroamérica y República Dominicana.
De ser Harris la electa, no se estaría ante un cambio radical en las relaciones bilaterales, estimaron.
–¿Cuál es el escenario al cual le podría afectar más o menos el resultado de estas elecciones a Costa Rica?
Eduardo Ulibarri-Creo que si ganara Kamala Harris en realidad el efecto no va a ser importante. Me parece que se van a mantener las líneas. Esta política de estimular las cadenas de producción, sobre todo en productos estratégicos como pueden ser los microprocesadores, se acerquen a Estados Unidos y, además, se trasladen a países afines o amigos de Estados Unidos y que Costa Rica cumple ambas características, se va a mantener. En ese sentido creo y no veo que haya ningún intento de replantear, por ejemplo, el Tratado de Libre Comercio entre Centroamérica, República Dominicana y Estados Unidos. Tampoco veo que haya un gran intento, que indirectamente nos podría afectar, de replantear el Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con México y Canadá. Ahí veo que seguiría una política muy similar y de bastante cercanía. En realidad ha habido, tanto con gobiernos republicanos como gobiernos demócratas, una gran cercanía y luego tres factores que a Estados Unidos le inquietan muchísimo: el narcotráfico, la llamada guerra contra el narcotráfico, que tengo serias dudas sobre ese abordaje, pero bueno ahí está; la eventual penetración de China y luego migraciones. En esas tres casillas, Costa Rica, por lo menos, según la percepción del Departamento de Estado, no sé de otras agencias del gobierno de Estados Unidos, ha estado cumpliendo con lo que se esperaba de ella y no creo que en un gobierno de Harris eso vaya a cambiar.
Si hubiera un gobierno de Trump, yo no dudo que esa política casi que de estímulo a que empresas de Estados Unidos trasladen ciertos centros de producción, no de Estados Unidos a otros países sino de países asiáticos o de países que se consideran que no son aliados a países que sí se consideran aliados, como es el caso de Costa Rica, puede tener un cambio y que, más bien, Trump presione porque trasladen sus centros de producción a Estados Unidos con esa política tan dura que él tiene. No dudo tampoco que si él insistiera en un arancel del 20% para todos los productos que Estados Unidos importe, eso naturalmente deba conducir a que se replanteé en el Congreso de Estados Unidos el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana; es un tratado y no puede ser modificado por el presidente. Esto podría crear, en el mejor de los casos, ruido, y, en el peor, conducir a un replanteamiento fundamental y eso a mí me preocupa mucho. Y no descarto presiones mucho más, digamos, descarnadas sobre el gobierno de Costa Rica, cualquiera que este sea, para que siga ciertas posiciones de Estados Unidos y eso me preocupa porque no es lo mismo discutir con un aliado y llegar a acuerdos que sentirse presionado para que uno cumpla y si no, se puede ver sometido a sanciones.
–De cara a lo que pueda pasar el próximo martes y su impacto eventual a lo largo o al mediano plazo sobre Costa Rica, ¿cuál es su valoración?
Carlos Murillo-No podemos olvidar que el ministro Tovar de Comercio Exterior dijo, en su momento, y aquí cualquiera de nosotros puede dar su opinión muy distinta si alguno fuera ministro en la actual administración, cuando dijo que esperaba que Trump no ganara, palabras más palabras menos, porque afectaría mucho en la relación comercial con Costa Rica. Yo no espero que haya en un gobierno Trump una reacción hepática contra Costa Rica por ese tipo de declaraciones, pero sí hay un escenario que se complica mucho, porque en caso de esa anunciada deportación masiva que ha hecho Trump y, a mí, a veces me preocupa más que el discurso de Trump, el discurso de su candidato a la vicepresidencia Vance, porque es más organizado, es más construido que el discurso más populista de Trump, que haya una deportación masiva de inmigrantes hacia Centroamérica va a tener repercusiones y agrego que haya un endurecimiento de la política, sin duda, en la parte comercial de inversiones, del manejo del crimen organizado que ya Estados Unidos en alguna medida lo viene haciendo sobre Costa Rica y Panamá, pero que endurezcan algunas de esas políticas para que se frene la migración aquí. El país terminaría con una oleada de muchos de esos inmigrantes que no van a regresar a los países del triángulo norte de Centroamérica, sino que buscarían el sur o sea Costa Rica y Panamá. El otro asunto está en que se abra una guerra comercial Estados Unido–China, que eso Trump lo ha anunciado en varias oportunidades, y que siempre cuando se pelean dos elefantes, las hormigas terminan siendo las más perjudicadas. Recordemos que Costa Rica todavía en términos de comercio exterior tiene a los Estados Unidos como uno de los socios más importantes. Entonces, en caso de llegar en enero a la Casa Blanca Trump, el gobierno de Costa Rica tiene que analizar con mucho cuidado, con bisturí, cuáles acciones tomaría y cuáles serían las respuestas en esas relaciones diplomáticas en algunos momentos tensas con los Estados Unidos.
Impacto “terminal”
Ambos coincidieron en las reverberaciones internas y globales de un eventual triunfo de Trump.
Ulibarri calificó como “grave” el momento que atraviesa EE.UU. ante la posibilidad del regreso del aspirante republicano a la Casa Blanca.
Si gana, porque sería un gobierno que afectaría de manera “terminal” los fundamentos, la composición y el desarrollo del sistema democrático estadounidense. Y si pierde por lo intentos de generar “caos”.
El exembajador ante la Organización de Naciones Unidas, (administración Chinchilla Miranda), remarcó las amenazas de Trump contra instituciones del sistema norteamericano como el Servicio Civil y el Departamento de Justicia o el uso del ejército contra el “enemigo interno”.
Resaltó, además, que se trata de unas elecciones con repercusiones en las competencias financieras, militares y políticas de EE.UU. en el resto del mundo.
Campaña “atípica”
El catedrático UCR, Murillo Zamora, calificó como “atípica” la campaña con episodios como el retiro, a mitad de camino, del presidente Joe Biden.
La candidata Harris, dijo, no ha podido despegarse de la herencia de ser parte de la administración Biden.
Además, ha tenido que lidiar con una campaña concentrada en ataques personales conforme la estrategia republicana.
La incertidumbre del resultado a menos de una semana tiene bajo expectativa el desenlace en el Colegio Electoral (538 votos) que, al final, escoge al presidente al margen del voto popular. Un escenario institucional único del sistema norteamericano, enfatizó.
Si no hay una ventaja significativa de Harris en dicho colegio, escenario bajo previsión, se estaría ante un eventual retorno de protestas como las que sacudieron a EE.UU. el 6 de enero de 2021, cuando turbas de seguidores de Trump asaltaron el Capitolio, advirtió dicho analista.
La incertidumbre se extiende al escenario internacional donde líderes como Putin han anunciado que esperarán hasta enero para saber con quien negociar a partir de entonces, afirmó.