Gobierno crece como un elefante

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Jorge Corrales Quesada, economista

Si le damos más plata, producto de los impuestos al gobierno central, ¿cree usted que dejará de crecer y que más bien reducirá su alcance? Yo no. Creo que será como darle droga al adicto o alcohol al borracho o poner al ludópata en la puerta del casino. Creo que, al tener más recursos, el gobierno central seguirá con su práctica de un crecimiento desordenado, tal como lo ha hecho durante la última década.

La Nación del 9 de abril, en un artículo titulado “Gobierno Central evidencia crecimiento desordenado: Informe de MIDEPLAN cuestiona aumento de entidades adscritas a ministerios en última década,” nos hace una radiografía interesante de cómo el gobierno ha venido aumentando su tamaño institucional en los últimos diez años.  Por eso, creo que los políticos escogerán aumentarnos los impuestos y poder con ello seguir creando nuevas entidades, en vez de reducir su demasía.

Indica La Nación que, en la última década, hubo “un total de 682 cambios organizacionales, que aumentaron la dimensión de las entidades gubernamentales.” Note que habla de dimensión, lo cual uno interpretaría como el alcance, la extensión, el tamaño, a lo cual se debe adicionar el ya bien sabido aumento del gasto público (nominal y real) en esa misma década. O sea, podemos pensar en un estado más grande y más gastón. Y eso sin meternos a los efectos generales que sobre la libertad de los individuos tiene esa intrusión estatal.

De acuerdo con el informe de MIDEPLAN, “el crecimiento de los ministerios se hizo de forma ‘desordenada y atomizada,’” y que “no se cumplió con los criterios técnicos que sirvieron de fundamento para muchos de los cambios.” O sea agregue al desorden y a la fragmentación del Poder Ejecutivo, la ausencia de bases para gran parte de los cambios. Y agrega el informe de MIDEPLAN, que esos cambios responden “al crecimiento administrativo de la institución.” A la metástasis burocrática, podría llamársele.

Veamos un detalle de los 682 cambios de la organización del gobierno central en la última década: un 72.4 por ciento (494) de los cambios fueron creaciones de “unidades dentro de las estructuras de los ministerios;” un 12.8 por ciento (87) de los cambios fue la supresión y fusión de ellas (lamentablemente fue 5 veces y media más la creación que la supresión o fusión); el resto, un 14.8% (101) fue por elevación o descenso de rango, cambio de dependencia jerárquica y otros.

En el lapso enero del 2016 a marzo del 2018, hubo cien creaciones, “de las cuales 26 fueron en el Ministerio de Justicia, 19 en el Ministerio de Seguridad y 11 en Hacienda.”

Según MIDEPLAN, aquel crecimiento se debe a la Asamblea Legislativa, “debido a la creación, mediante leyes específicas, de entidades adscritas a ministerios,” siendo, a la fecha, 81 las entidades adscritas a ministerios. Esas 81 adscripciones se distribuyen así, al menos para los 4 principales casos: Cultura con 15; Salud con 10, MINAE con 9, al igual que Justicia. Y todas esas entidades adscritas desconcentradas de los ministerios, reciben “los recursos para pago de salarios y operación de la recaudación de impuestos y emisión de deuda hecha por el Ministerio de Hacienda.” Esto, se carga a las generaciones actuales de contribuyentes o a las futuras, con todo e intereses.

El 50.9% de las 682 modificaciones se llevó a cabo en las áreas técnicas y, en las áreas administrativas, el 28.7% de ellas, de acuerdo con el informe de MIDEPLAN. Si tomamos como ejemplo los 15 órganos adscritos en el Ministerio de Cultura, operan independientemente a pesar de que “efectúan labores idénticas, como la adquisición de bienes y servicios para sus funciones.”

Lo más serio es lo que señala el medio, en cuanto a que, “de la mano de las nuevas instituciones públicas también se iniciaron las duplicaciones, principalmente en área técnica o administrativa.”

Cuando nos quiere poner nuevos y mayores impuestos, los políticos de turno dicen que eso es lo posible, en tanto que reducir el gasto gubernamental es difícil de lograr. Bueno, esos cambios es posible lograrlos en la Asamblea Legislativa, pero, lo que uno básicamente escucha de los políticos en el Congreso, es aumentar los impuestos, pero no de reducir el gasto. Y, por otra parte, como dicen “tras cuernos, palos” el presidente entrante ya propuso la creación de un nuevo ministerio para el deporte.