2022, desafío de balance entre salud pública y económica

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Brand Voice-El desafío de balancear la salud pública y la salud económica y la atención a las finanzas públicas son clave en el nuevo año en medo de un cambio de gobierno, según un análisis del Colegio de Ciencias Económicas divulgado esta semana.

La presentación estuvo a cargo del equipo económico del Colegio: Dr. Ennio Rodríguez, presidente de la Junta Directiva del Colegio de Ciencias Económicas, el Dr. Rafael Arias, el candidato a doctor Luis Vargas y la economista Marlen Rodríguez.

El análisis que realizó la institución se basó en la comparación de aspectos relevantes para el país: la producción y el empleo; las finanzas públicas; el comercio exterior e inversión directa y el tipo de cambio e inflación. 

“El 2022 debe ser un punto de inflexión entre una economía costarricense frágil y una resiliente que aprovecha su potencial. Hay aspectos fundamentales que van a ser determinantes para el crecimiento económico en el próximo año, tales como las medidas inmediatas de reactivación que pueda impulsar el nuevo Gobierno en sus primeros meses de administración y el comportamiento del SARS-CoV-2. Continúa el desafío de balancear la salud pública y la salud económica, así como la atención a las finanzas públicas. Los agentes económicos estarán muy atentos a las señales que brinden las nuevas autoridades económicas para formar sus expectativas y, consecuentemente, sus decisiones económicas”, explicó Ennio Rodríguez, presidente del Colegio de Ciencias Económicas.

Los retos para el nuevo Gobierno no son menores, empezando porque en su primer año de gobierno se espera que el costo de vida para los costarricenses siga en aumento, la expectativa de inflación interanual es aún mayor al año anterior (4,0%) y mucho dependerá de factores externos, incluidos: las expectativas de aumento en el precio del crudo; la velocidad de los mercados para resolver los desequilibrios entre la oferta y la demanda causados por la disrupción en las cadenas de suministros, la escasez de trabajadores en algunos sectores y los cambios en los patrones de consumo; la recuperación de la economía mundial (aunque menor a 2021); y el endurecimiento de las políticas monetarias ante la creciente inflación global y los consecuentes comportamientos de los mercados de capitales. La interacción entre los factores externos y los internos puede ser directa (como en el caso del precio del crudo) o compleja como los aumentos en las tasas de interés (que afectan el servicio de la deuda y el costo de los nuevos financiamientos y las tasas internas de interés internas con efectos sobre prácticamente todos los agentes económicos). Las autoridades económicas tendrán que operar en este entorno internacional y nacional complejo y balancear políticas que podrían ser contradictorias entre sí para los objetivos de estabilidad y crecimiento.

Por su parte, para el tipo de cambio, al igual que con la inflación, se prevé una alta volatilidad con tendencia al alza durante el 2022. Se espera una variación interanual (4,2%) menor a la 2020-21, pero mayor a 2017-21. Esto va a depender, entre otros, de los ingresos por turismo, el crecimiento de las exportaciones de bienes y de otros servicios, el ingreso de inversión extranjera directa, los desembolsos de créditos externos (en gran parte asociados a cumplimientos de condicionalidades) y al comportamiento de las tasas de interés. 

En relación con el empleo, la covid-19 agudizó una baja participación y las más perjudicadas han sido las mujeres (44,6%); con lo cual la brecha de género se ensanchó con la pandemia (10,4 p.p.). 

Rodríguez destaca que se podrían alcanzar niveles de participación laboral pre-pandemia en 2022 (63%). Sin embargo, para el economista es imperativo la creación de más y mejores empleos, con énfasis en mujeres (bono género) y jóvenes (bono poblacional). “La principal preocupación es que la recuperación del empleo se ralentiza hacia finales de 2021, el régimen especial (Zona Franca) contuvo la pérdida de empleo, mientras que para el 2022 se prevé un desempleo abierto de 13,9% (supera valores pre-pandemia) de no mediar acciones de reactivación efectivas para las empresas del régimen definitivo”, detalló el experto. 

Con respecto a la expectativa de crecimiento de la economía costarricense en 2022 (4,5%) menor que la de 2021 (5,4%), La tasa  de crecimiento prevista para 2022 es mayor que la del mundo (4,1%) y menor que la de EE.UU. (5,2%), nuestro principal socio comercial. “El nuevo Gobierno tiene el reto de acelerar el crecimiento económico y aprovechar el producto potencial, además de los bonos de género y poblacional”, explicó el economista. Para ello agregó, “deberá darse un impulso a los clústeres productivos con una visión territorial a lo largo y ancho del país y programas para atender las barreras de entrada de jóvenes y mujeres a los mercados laborales”. 

Se espera que, en 2022, la razón deuda/PIB sea de 71,7% y el déficit fiscal de -3,91% (superávit primario de 1,10%), lo cual supone que se mantienen la disciplina fiscal y el crecimiento económico.

En las exportaciones es de esperar que para 2022 se mantenga el dinamismo de este sector, siempre enfrentando los retos como la crisis de contenedores y la posible volatilidad en los mercados de capitales. 

Otro aspecto para considerar es que la inversión directa se concentra en zonas francas (78% en 2021). En 2022, se espera que se mantenga el flujo de inversión directa de 2021 (4,3% del PIB). Este incluso podría aumentar si el país aprovecha mejor las oportunidades del “nearshoring” conforme se redefinen las cadenas de suministros con mayor cercanía a los mercados de destino.

¿De qué depende nuestra economía para el 2022?

  • Comportamiento del SARS-CoV-2 ¿Pandemia o endemia? ¿Nuevas variantes?
  • ¿Se mantendrán expectativas de crecimiento en el mundo (4,1%) y EE.UU. (5,2%) como principal socio comercial? 
  • Proceso inflacionario a nivel mundial (7% en EE.UU.) y aumento en tasas de interés  (0.75 puntos base EE.UU.).
  • Incremento en tasas de interés a nivel mundial tendrá efectos sobre el costo de la deuda (déficit financiero).
  • Solución parcial o total a la crisis de contenedores que provoca problemas de desabastecimiento e incremento en precios.
  • Expectativa de crecimiento del crudo (5,7%-7,2%) ejerce presión en niveles de precios, incluidos transporte, energía, etc.
  • Medidas de reactivación, acompañadas de disciplina fiscal, impulsadas por el nuevo Gobierno.
  • Impulso al régimen definitivo (particularmente, agrícola, alimentario) y mantener dinamismo del especial (en particular, dispositivos médicos). 
  • Impulso de clústeres productivos en sectores y territorios. 
  • Aprovechar ventajas competitivas del “nearshoring” (localización geográfica y calidad del capital humano).
  • Entorno positivo para atraer personas pensionadas, nómadas digitales y consolidación de marca país en turismo. 
  • Políticas monetaria y fiscal efectivas: tasas de interés, política cambiaria, inversión pública y disciplina fiscal.

Fuente: Gabriela Muñoz Carillo, Ejecutiva Senior Imacorp