Escáner de Moín no detectó cargamento de 419 kilos de cocaína que atraparon en el puerto de Barcelona

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Edgar Fonseca, editor/Foto Video Seguridad CR

Uno de los escáneres que operan en la megaterminal portuaria de Moín no detectó un cargamento de 419 kilos de cocaína que fue decomisado por autoridades de Barcelona dentro de un contenedor cargado de café de exportación procedente de nuestro país, confirmó anoche el viceministro de Seguridad, Manuel Jiménez Steller.

Reveló que el caso de dicho decomiso les fue informado el mes pasado por las autoridades españolas, por lo que procedieron a investigar respecto a la revisión hecha en el correspondiente escáner.

La imagen del aparato apareció limpia, dijo.

“Al momento en que la carga ingresó al puerto el contenedor no había sido contaminado”, afirmó Jiménez.

La Policía de Control de Drogas inició investigaciones para determinar si la carga fue contaminada en el país o en el tránsito hacia Europa, añadió el jerarca.

Dicha investigación se encuentra con expediente abierto en la Fiscalía de Narcotráfico, con el fin de determinar el curso a seguir así como el lugar en el cual se ejecutó la contaminación de dicha carga, citó un mensaje, vía WhatsApp, enviado por prensa de Seguridad Pública anoche a las 7:16 p.m.


Objetos sospechosos

La Guardia Civil y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria intervinieron en el Port de Barcelona 419 kilos de cocaína que se transportaban en un contenedor de café procedente de Costa Rica, un método que las organizaciones utilizan habitualmente para esconder la droga, ya que es difícil de manipular, informó la cadena Ser de Madrid. 

El contenedor había sido seleccionado para su revisión por escáner. De acuerdo con la información declarada, la carga legal eran 275 bultos de unos 70 kilos de café, con un total de 19.000 kilos. Al pasar por el escáner, entre los primeros sacos de café y cerca de la puerta se apreciaron objetos sospechosos.

Agentes de la Guardia Civil y funcionarios de Vigilancia Aduanera realizaron seguimiento de la mercancía hasta un almacén de logística donde se descargan los contenedores con café y cacao. Allí se abrieron las puertas e inmediatamente vieron unos bultos rojos y negros sobre los sacos de café. Dentro comprobaron que había 361 pastillas de cocaína retractiladas, con un peso de 419 kilogramos.

Esta modalidad de contrabando donde no se esconde la droga, sino que está visible, se denomina gancho ciego. Con esta modalidad, un tercero que forma parte de la organización narcotraficante y que no está involucrado en el envío legal logra llegar hasta el contenedor, introducir la droga y cerrarlo. Cuando llega a destino, otras personas le abren y retiran la droga. Para que la operación sea rápida, se coloca la droga cerca de la puerta. En ocasiones, la organización está respaldada por operadores que tienen acceso a las zonas restringidas de los puertos para mover, cargar y descargar la mercancía de los contenedores.

El tráfico de cocaína por puertos nacionales persiste pese a que el gobierno implementó la operación Soberanía al tomar la Fuerza Pública el control de muelles en la megaterminal de Moín y Gastón Kogan de Japdeva, Limón centro, desde el 13 de julio.

El presidente Rodrigo Chaves llegó a asegurar que por los puertos ticos no había salido ni un gramo de cocaína.

“No ha salido un kilogramo, una onza, ni un gramo ni un grano desde que lanzamos la Operación Soberanía. Los europeos están felices”, remarcó el mandatario en Puntarenas el 27 de setiembre.

Hasta octubre los decomisos en puertos europeos de droga proveniente del país sumaban más de 1.200 kilos.

Manipulación complicada

La carga legal que transportaba el contenedor detectado por las autoridades de Barcelona constaba de 275 bultos de unos 70 kilos cada uno, sumando un valor de más de 19.000 kilos. El traslado y almacenaje del café en sacos es una técnica utilizada para ocultar las cargas de cocaína, ya que su manipulación es complicada, destaca el sitio La Vanguardia de Barcelona.

Al pasar el contenedor por el escáner, en los sacos próximos a la puerta, se identificaban unos bultos sospechosos de color negro y rojo. Al llevar la carga al almacén de logística, se comprobó que los bultos contenían 631 pastillas de cocaína retractiladas, con un peso de 419 kilos.

La droga era introducida en el contenedor con la técnica ‘gancho ciego’

Esta modalidad de contrabando denominada gancho ciego introduce la droga sin ser escondida y se suele situar en las proximidades a la puerta para facilitar su manipulación. 

En este tipo de técnicas, un tercero, externo a la organización de narcotráfico, introduce la droga en el contenedor y lo cierra. Asimismo, cuando el contenedor llega a su destino, otra persona de la organización se encarga de retirar la mercancía. En algunos casos, la manipulación se lleva a cabo con la ayuda de algún operador del puerto, quien se encarga de mover y descargar la mercancía, según el sitio barcelonés.