Edgar Fonseca, editor
La decisión unánime de la junta directiva de la CCSS de acatar la orden de la Contraloría General de la República de ajustar sus políticas
salariales, en particular la aplicación nominal de los pluses, a las regulaciones de la reforma fiscal, constituye una debida rectificación a los
acuerdos previos con los dirigentes sindicales que desconocen dicha normativa.
Con esta decisión, la alta dirección de la Caja Costarricense de Seguro Social se ajusta a derecho, como manda la nueva ley fiscal al sector
público a pesar de la resistencia de ciertas “repúblicas independientes”.
De paso, los directivos responden con sensatez ante la ola de repudio público que generaron los acuerdos firmados con los dirigentes sindicales
en febrero y agosto en abierto desafío al nuevo ordenamiento fiscal que rige para todos los ciudadanos, no solo para unos cuantos.
No habrá sido una tarea fácil para el presidente ejecutivo y demás directivos, que avalaron dichos acuerdos, llegar a esta rectificación.
Sin embargo, el pronunciamiento imperativo del ente contralor fue simple y claro: los acuerdos firmados no crearon derechos, debe respetarse y
cumplirse lo que fija la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y no debe irse a un juicio de lesividad que dejaría para la eternidad, la
resolución de un eventual diferendo.
Nos parece correcta la decisión de los directivos de la CCSS a pesar de la protesta que desde ya anuncian la camarilla sindical
institucional.
Si dirigentes gremiales desprestigiados les presionaron, les torcieron el brazo o les indujeron a error, vaya usted a saber, para suscribir los
cuestionados acuerdos, en defensa a ultranza de privilegios insostenibles, y en franco incumplimiento de la ley, la rectificación adoptada por los
directivos envía una señal al país en la dirección correcta.
Nadie está por privatizar la CCSS, como mienten los sindicalistas.
Nadie está por despojar de sus derechos adquiridos a miles de sus leales servidores.
Simplemente, la opinión pública rechazó indignada que, como “sacado de la manga”, de la noche a la mañana se aceptaran bajo chantaje y
extorsión las odiosas demandas de estos dirigentes, en menosprecio del ordenamiento y del sentido común ante la acuciante emergencia fiscal
que atraviesa el país.
Con esta decisión, la junta directiva reconoce que incurrió en error pero tiene la entereza de rectificar y de prometer sujetarse a lo dispuesto por
la Contraloría, todo lo contrario de los dirigentes que, llenos de insultos y sin argumentos, se empeñan en violar la ley.
Llamado subversivo- El más desprestigiado dirigente sindical del país llama a bloquear vías y fronteras. ¿No amerita una incitación de estas que
le llame a cuentas la Fiscalía?