La CCSS rectifica y acata la ley

345

Edgar Fonseca, editor

La decisión unánime de la junta directiva de la CCSS de acatar la orden de la Contraloría General de la República de ajustar sus políticas

salariales, en particular la aplicación nominal de los pluses, a las regulaciones de la reforma fiscal, constituye una debida rectificación a los

acuerdos previos con los dirigentes sindicales que desconocen dicha normativa.

Con esta decisión, la alta dirección de la Caja Costarricense de Seguro Social se ajusta a derecho, como manda la nueva ley fiscal al sector

público a pesar de la resistencia de ciertas “repúblicas independientes”.

De paso, los directivos responden con sensatez ante la ola de repudio público que generaron los acuerdos firmados con los dirigentes sindicales

en febrero y agosto en abierto desafío al nuevo ordenamiento fiscal que rige para todos los ciudadanos, no solo para unos cuantos.

No habrá sido una tarea fácil para el presidente ejecutivo  y demás directivos, que avalaron dichos acuerdos, llegar a esta rectificación.

Sin embargo, el pronunciamiento imperativo del ente contralor fue simple y claro: los acuerdos firmados no crearon derechos, debe respetarse y

cumplirse lo que fija la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas y no debe irse a un juicio de lesividad que dejaría para la eternidad, la

resolución de un eventual diferendo.

Nos parece correcta la decisión de los directivos de la CCSS a pesar de la protesta que desde ya anuncian la camarilla sindical

institucional.

Si dirigentes gremiales desprestigiados les presionaron, les torcieron el brazo o les indujeron a error, vaya usted a saber, para suscribir los

cuestionados acuerdos,  en defensa a ultranza de privilegios insostenibles, y en  franco incumplimiento de la ley, la rectificación adoptada por los

directivos envía una señal al país en la dirección correcta.

Nadie está por privatizar la CCSS, como mienten los sindicalistas.

Nadie está por despojar de sus derechos adquiridos a miles de sus leales servidores.

Simplemente, la opinión pública rechazó indignada que, como “sacado de la manga”, de la noche a la mañana se aceptaran bajo chantaje y

extorsión las odiosas demandas de estos dirigentes, en menosprecio del ordenamiento y del sentido común ante la acuciante emergencia fiscal

que atraviesa el país.

Con esta decisión, la  junta directiva reconoce que incurrió en error pero tiene la entereza de rectificar y de prometer sujetarse a lo dispuesto por

la Contraloría, todo lo contrario de los dirigentes que, llenos de insultos y sin argumentos, se empeñan en violar la ley.

Llamado subversivo- El más desprestigiado dirigente sindical del país llama a bloquear vías y fronteras. ¿No amerita una incitación de estas que

le llame a cuentas la Fiscalía?